Capitulo 37

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No podía ser cierto...

¿Cómo era posible?

Pestañeó unas cuantas veces sin poder asimilar correctamente lo que sus ojos tenían a metros de ella.

Estaba vestido diferente; una camiseta sencilla de color blanco, un pantalón de jean azul claro rasgado en varias partes y un gorro rojo que contrastaba muy bien con lo demás. Se veía de una forma más casual y sencilla, pero eso no quitaba el hecho de que se tratara del mismísimo Zac el Alba.

Estaba tan impactada al respecto que no podía apartar la vista de él, y lo seguro era que al menos a todo el alumnado presente le estaba sucediendo lo mismo.

Era algo de verlo... Y aún así no creerlo.

_ ¿Éste es el salón de Taraky Mya? _ el rubio preguntó por segunda vez al profesor, más éste parecía haber entrado en una especie de trance, boqueando como pez fuera del agua.

Siendo sinceros, no había caso preguntarle esto. Momentos antes de irrumpir en el salón se hubo asegurado de ello en la oficina del director, evitando de esta forma perder tiempo preguntando en cada salón (que eran muchos), y que a consecuencia los alumnos se empezaran a amontonar por los pasillos para pedirle algún autógrafo o foto. En ese momento tenía otra cosa en concreto que hacer y ésta última situación le obstaculizaría realizarlo.

La verdadera pregunta acá era si la mencionada había asistido, ya que de ser el caso contrario hubiera sido todo un desperdicio su esfuerzo anterior.

Aún bajo la atenta mirada del rubio, el profesor logró hallar la suficiente fuerza de voluntad para dejar de parecer todo un imbécil. Con los ojos medio desencajados y una especie de balbuceo silencioso, elevó la mano derecha, señalando hacía un sitio en específico. Inmediatamente Zac supo que se refería al sitio en el cual solía sentarse ella habitualmente, por lo que miró en aquella dirección.

Barrió parte del salón por unos segundos y, en el proceso, levantó una mano en cuanto notó que las voces comenzaron a volverse más altas. En esos momentos no podía tomarse el lujo de crear bullicio general; podrían obligarle a salir del instituto por irrumpir un salón, interrumpir la clase y (como cereza de pastel) alterar la paz del mismo. Era algo que dudaba le perdonaran.

Aunque de igual forma dudaba el hecho de que fueran a expulsarlo, pero ser precavido y evitar aquella situación tan cansina le resultaba mucho mejor. Muchísimo...

Continuó con su búsqueda por el lado que se le había señalado hasta que notó que la mayoría volteó instantáneamente hacia un puesto en específico, dejando ver de pronto la imagen de una chica notablemente nerviosa debido a la atención que acumuló en segundos. Su rostro se iluminó.

Ahí estaba...

Ahí estaba ella.

En la fila de su derecha (la que correspondía a la ventana que daba al patio), se hallaba sentada, con la mirada inquietantemente descolocada en él. Una línea curvada surcó un lado de su rostro cuando notó ese detalle.

Le había echado mucho de menos.

Con una reverencia, agradeció al profesor antes adentrarse entre dos filas; una dónde no había nadie que conociera, y la otra dónde se hallaba Mya.

A pasos lentos y acompasados, se hizo camino entre la mirada atónita de todos los estudiantes, siendo seguido por ella a medida que avanzaba. Era como si nadie pudiera asimilar la posibilidad de que una celebridad pop conocida a nivel internacional estuviera caminando como si nada, en medio de un salón. De su salón...

Todo parecía un mal juego visual hecho por su cerebro, razón por la que algunos -desde sus respectivos asientos- sacaron sus celulares y dieron clic en "grabar" a la escena. Otros -por otro lado-, simplemente optaron por fotografiarlo.

Una Mirada ||Zac El Alba Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora