Capitulo 24

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A-Yi que te paso – dijo preocupado Liu al verlo en ese estado.

Ah – dio un pequeño grito y brinco no esperaba encontrar a su amigo en el cuarto de baño – no fue nada gege – sonrio el niño.

El suspiro profundo lo dejaria pasar, esperaria paciente a que el le dijera lo que habia sucedido, podia tener una vaga idea pero no estaba seguro, no creia capaz a su jefe.

Regresaron al trabajo, pero los nervios del niño seguian estando a flor de piel.

Al dia siguiente en el transcurso de la mañana, a la oficina de Recursos Humanos llego una recepcionista con un enorme ramo de lindas azucenas color blanco.

Al dia siguiente en el transcurso de la mañana, a la oficina de Recursos Humanos llego una recepcionista con un enorme ramo de lindas azucenas color blanco

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Ideales para transmitir y despertar los mas delicados  sentimientos genuinos y puros que emanan del corazon.

El castaño se sonrojo al escuchar que eran especiales para el, sus demas compañeros se acercaron a ver y molestarlo quien seria el afortunado.

El unico que encontro raro esto fue Liu, sabia que su amiguito era el mas hermoso, pero algo no le llegaba a convencer.

Un dia antes lo habia dejado desconcertado su jefe pidiendo que el niño fuera a su oficina, tiempo despues encontrar todo sonrojado y nervioso al castaño y ahora esto debia estar mas pendiente de el.

Habian salido juntos almorzar, ellos se querian como hermanos.

A-Yi dime quien es el admirador que te envio el ramo – le sonrio picaramente al verlo sonrojar.

El estaba nervioso y mordio su labio inferior – kuan ge – dijo en susurros – no se quien es la tarjetita que traia solo habian unas iniciales – le comento suavemente.

Liu fruncio su ceño – no te molesta que pueda verla A-Yi.

Claro que no Kuan-ge – tomo su bolso y busco la tarjetita para darsela a su amigo.

Tarjeta.

Si tuviera la oportunidad de pedir un deseo, ese seria que fueras tu mi alma gemela.

          X.Z.

Liu observo detenidamente la tarjetita y luego a su amigo, suspiro profundamente, el si sabia de quien era ese regalo, conocia a la perfeccion esa caligrafia.

Solo esperaba que su jefe no lastimara a su niño, porque se las veria con el.

Esa tarde salieron temprano no tenian mucho trabajo, Liu llevo al castaño a su casa, sin saber que a los lejos habia alguien que los veia.

El castaño llevaba en sus manos el ramo, el hiba feliz, le fascinaban las flores, esos detalles le encantaban.

Al parecer tendre que alejarte de el pequeño cachorro, nadie puede interferir en nuestros asuntos – dijo con una sonrisa malvada en sus labios y se fue.

Asi pasaron los dias, las semanas y el joven doncel seguia recibiendo detalles como flores de diferentes diseños, peonias, rosas, lirios, chocolates, postres y en ocasiones su desayuno asi como tambien el almuerzo.

Todos estaban sorprendidos, esa persona debia ser de la empresa para saber ah que hora enviarselo y cuando era comida, sabia muy bien la hora exacta que estos tomaban su lonch.

El ultimo regalo que recibio el castaño antes de saber quien era su admirador, fue un enorme peluche de cachorro de leon.

Sintio su corazon latir freneticamente y grito de la emocion, a el le fascinaban los leones, su padre siempre le decia que el parecia un cachorrito de leon

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Sintio su corazon latir freneticamente y grito de la emocion, a el le fascinaban los leones, su padre siempre le decia que el parecia un cachorrito de leon.

Causo ternura como a la vez gracia, ya que esa tarde ni siquiera los pies del niño se miraban cuando hiba saliendo de la empresa con su enorme peluche.

Era tan grande que ni siquiera cabía en el carro de Liu, con otro compañero tuvieron que llevarlo en su camioneta, ese dia fue de risas entre compañeros.

Sus padres estaban admirados al ver a su adorado hijo todo sonrojado cuando llego a casa con Liu y su enorme cachorro de Leon un peluche que mide casi dos metros.

Lo unico que ellos rogaban a los cielos, era que su pequeño encontrara la felicidad en una buena persona, que no dañara la inocencia y pureza de su bebe.

Esa noche ni pudo dormir de la emocion, aun seguia preguntandose quien era la personita tan especial que le enviaba los detalles.

Por su linda cabezita pasaba siempre que era su jefe, sus iniciales coincidian aunque por ocasiones se ponia triste porque no creia capaz que su jefe se fijara en el.

Al dia siguiente el castaño hiba camino a su oficina, cuando sintio como alguien tomo su estrecha cintura y fue jalado para una oficina vacia.

Sintio como su espalda choco con un pecho fuerte, como le hacia estremecer toda su blanquecina piel el aliento que sentia cerca de su orejita.

Se asusto, quizo gritar, pero ese alguien tapo su boca y con una suave voz le pidio no lo hiciera para que nadie se diera cuenta.

Sssssshhh calmate cachorro, soy yo Zhan, ahora te quitare la mano de la boca si me prometes no gritar – el susurro le erizo la piel.

El delicioso aroma a jazmin que soltaba su suave piel que parecia un bebe recien nacido, empezo hacer que algo dentro del azabache se agitara, eran deseo y lujuria.

Le dio la vuelta y junto sus frentes, jugueteo con sus naricitas, haciendo sonrojas hasta las orejitas y el pechito del castaño.

Este ultimo tenia sus ojitos cerrados disfrutando de la sutil caricia, sus tiernas y pequeñas manitos estaban sobre el ancho pecho del azabache.

Zhan tenia sus ojos abierto observando detenidamente al castaño, al parecer ya podia dar el siguiente paso, ese arroz ya estaba casi cocido, le grito su malvada mente.

El sonrio ladinamente en burla, pero al ver que el niño queria abrir sus hermosos ojitos el cerro los suyos fingiendo disfrutar.

Dime cachorro – suavizo su voz – te han gustado mis detalles y el regalo de ayer – le dio un tierno besito en su naricita.

Sus manos estaban en sus caderas, sus pulgares parecian no querer parar de dar unas suaves caricias.

Me encantan – dijo entrecortado el castaño, tener a su jefe asi bien pegadito a su cuerpo estaban provocando que el sintiera su corazoncito acelerarse y su respiracion entrecortar.

En sus labios tenia una tierna sonrisa, al parecer los cielos habian escuchado sus clemencias, el se habia enamorado de su jefe a primera vista y aquí estaba, escuchando como el le decia que era su admirador el ya no secreto.

Un punto mas a mi favor decia internamente el azabache.

Cachorro – suspiro profundo, fingiendo nerviosismo para hacer mas creíble sus sentimientos – ya no aguanto mas, perdoname por esto.

No dio tiempo ah que el castaño dijera algo, sus labios fueron tomados de sorpresa, era un beso suave y amoroso, según el niño inocente e ingenuo que estaba dispuesto a dar el todo por el todo.

No dio tiempo ah que el castaño dijera algo, sus labios fueron tomados de sorpresa, era un beso suave y amoroso, según el niño inocente e ingenuo que estaba dispuesto a dar el todo por el todo

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Al sentir que al castaño le hacia falta aire, el azabache lo fue soltando de a poco, cuando vio que recupero su aliento, le acaricio su mejilla tiernamente.

Yo estoy enamorado de ti, perdoname por besarte asi, pero – suspiro profundo – ya no podia soportar – dime cachorro que tu sientes lo mismo por mi – fingio cara de preocupacion.

El niño aun tenia sus ojitos cerrados y sus labios rojitos entre abiertos, no esperaba esta confesion, pero el no veia mentira ni maldad en su jefe.

Yo tambien jefe, no dejo de pensar en usted desde que lo conoci – dijo tierno y algo ligero de los nervios.

El azabache sonrio, su cometio estaba dando frutos, asi que lo abrazo fuerte y levanto al aire.

Gracias cachorro, yo estoy igual, dime aceptas ser mi novio – lo observo brindandole una de sus sonrisas falsas, poniendo ojos de enamorado.

Sabia lo ingenuo e inocente que era el niño y a el no le importaba eso, solo pensaba en vengar el sufrimiento de su madre.

Si acepto – dijo feliz el niño castaño, enrollo sus tiernas manos en su cuello y poniendose de puntitas le dio un pequeño besito lleno de ternura y amor a su ahora novio.

Su corazoncito rebosaba de alegria, su principe azul quiza no habia llegado a caballo, pero ante el tenia al mejor de los dioses griegos como novio, era mas de lo que el pudo imaginar.

Otro beso mas y se separaron, el castaño salio muy feliz hacia su oficina, parecia que de sus ojitos brotarian corazones, su sonrisa iluminaba todo el lugar.




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