... me quedaré contigo

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MIN YOONGI
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El entrenamiento de baloncesto terminaba más temprano últimamente, por el bien neuronas de los jugadores. Todo para que pudieran aprobar los exámenes y que sus padres los dejaran seguir en el equipo. Yoongi era tal vez el único que no tenía una condición con nadie. Pero ese horario le jugaba a favor en ese momento. Terminó de recoger sus cosas e iba por las de Jimin.

-- Hey, Yoongi -- llamó Han alcanzandolo tras un pequeño trote. Yoongi notó que estaba caminando el doble de rápido de lo usual y bajó el ritmo para escucharlo. -- ¿Qué pasó con Jimin? ¿Está bien?

El más bajo relató en breve lo que le habían contado las chicas. Pero, todavía no tenía la información para responder la segunda pregunta. No estaba seguro. Jimin se veía relativamente bien, pero después de verlo en el hospital por "una gripe" no tenía certezas. Tal vez por eso estaba tan inquieto. Han se ofreció a llevarlos, ya que un amigo suyo pasaría por él en coche. Pero el entrenador lo llamó y eso aseguraba que tardaría más de una hora en dejar la cancha.

Yoongi siguió en lo suyo y luego retomó su camino hacia los vestidores. Se sorprendió al ver a Jimin de pie, apoyado en la pared. Mordía su labio inferior distraídamente y mantenía su mirada en sus zapatos. Por un momento creyó ver que algunos miembros del equipo hablaban con él. Pero, ni bien se hizo camino para llegar hasta Jimin, notó que cada quien estaba en sus asuntos.

-- Bien, ya nos vamos -- anunció.

Jimin alzó la mirada, asintió e intentó tomar su mochila, pero el mayor no se lo permitió.

-- ¿Cómo sigues?

-- Bien. Sólo algo borroso...

-- ¿Qué? -- preguntó Yoongi desconcertado.

-- Con sueño y algo mareado, pero no tanto... -- explicó con una sonrisa muy breve y apenada -- Borroso.

Yoongi no pudo evitar reír bajo por esa explicación tan random.

-- Tú nunca dejas de decir estupideces, ¿verdad?

-- Tú preguntaste...

-- Ya, vamos -- incitó sin saber si tenía que tenderle una mano o dejarlo solo.

Jimin pasó una mano por su cabello para acomodárselo y comenzó a caminar. Yoongi lo imitó, vigilándolo por el rabillo del ojo. Era muy discreto para tomar algún que otro impulso de la pared. Atravesaron lentamente su camino en silencio.

-- ¿Seguro que estás bien por tu cuenta? -- preguntó Yoongi, sin poder evitar el reflejo de atraparlo cuando lo vio trastabillar.

-- No soy tan débil, hyung -- respondió un tanto fastidiado.

Con esa negativa, Yoongi lo dejó en paz. Se limitó a seguirle el ritmo hasta que llegaron a las banquetas de la parada del autobús, donde Jimin se dejó caer. Yoongi se sentó a su lado. Por mucho que intentara, no podía quitarle la mirada de encima. Dentro de todo, trataba de no ser tan obvio.

-- ¿Puedes dejar de verme como si fuera a romperme en pedacitos en cualquier momento, hyung? -- pidió Jimin -- Estoy bien.

Al parecer la discreción no era lo suyo en esos momentos. Ni el buen humor algo latente en Jimin... Seguía pálido y unas ojeras remarcaban el cansancio en rostro.

-- No te ves bien.

-- Bueno, estoy bien -- corrigió, serio.

Yoongi no lo había visto enfadado hasta entonces y no entendía sus razones. ¿Le habían dicho algo en los vestidores?

Y, mientras tanto, pienso en ti  [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora