... me invitas un café

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MIN YOONGI

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Yoongi no se percató de que las cosas de Jimin seguían con él hasta que llegó a su parada. Suspiró y bajó con la bolsa. Miró alrededor mientras el bus se iba. Ambas paradas no estaban muy lejos la una de la otra. Pero, aún si corría, seguramente el chico no estaría. Ya habría vuelto a su casa. ¡Qué va! Le devolvería sus cosas el lunes... Sólo eran algunos libros y cuadernos. Nada que extrañara demasiado.

Cruzó la calle y giró hasta entrar a una especie de callejón. Iba distraído, con la música a máximo volumen mientras rebuscaba las llaves del portón en su chaqueta. Al entrar al edificio viejo donde vivía, sólo hizo una breve reverencia frente al personal de recepción. El aura ófrica y apagada de as instalaciones le dio la bienvenida. Además de ese foco fluorescente que siempre titilaba amenazando con terminar su vida útil. Comenzó a subir las escaleras hasta el quinto piso. El ascensor estaba averiado desde principios de mes. Por suerte, no se topó con nadie de camino. Pero, al  insertar las llaves en la cerradura de su apartamento, hizo un mal movimiento y las dejó caer. Al agacharse, uno de los cascos de sus audífonos de cable también cayó de su oído. Entonces, como por obra de magia, una irritante canción de Kpop comenzó a sonar...

Un segundo. ¡Ya la había escuchado antes! ¿Por qué armaba tanto escándalo? Yoongi se alarmó y buscó en la bolsa ajena como si de una bomba se tratara. Hasta que dio, efectivamente, con el celular de Jimin.

-- Mierda...

Sintió pánico al leer "Mamá" en la llamada entrante. Quiso colgar de inmediato. Pero, no fue necesario. El teléfono dejó de sonar segundos después. Yoongi se quedó un momento mirando la pantalla como un tonto. Sólo esperaba que sus vecinos no hubieran oído el escándalo. El fondo de pantalla de bloqueo de Jimin era un idol sin nombre para Yoongi. Se veía hegemónicamente atractivo... maquillado y con un traje colorido. Guardó el teléfono en su bolsillo y entró a su casa, harto de la vida.

Tras cerrar la puerta y ajustar el seguro, Yoongi fue directo a su habitación. Dejó sus cosas tiradas en el suelo a medida que se acercaba a la cama desordenada donde él mismo se dejó caer. Las cosas de Jimin reposaban en un silla. Estaba solo. Su padre seguiría en el trabajo o algo así. No lo vería hasta el anochecer.

Tras un momento, encendió su laptop de segunda mano y puso música para distraerse. No tenía planes... El resto de la tarde era un conjunto de horas que vería consumirse frente a sus ojos. Revisó su aparatado de álbumes y listas de reproducción tratando de averiguar qué le apetecía escuchar  en esos momentos. Sacó una cajetilla de su escritorio y notó que sólo le quedaban un par de cigarrillos. Quiso prender uno. Pero el teléfono de Jimin volvió a sonar, logrando que se quemara ligeramente la punta del pulgar con el encendedor. Maldita sea... Cómo odiaba esa canción.

Pausó su música de mala gana y sacó el celular de su bolsillo. Esta vez era un número con el nombre "Tae". Yoongi no podía contestar ¿no? No debía. No eran sus asuntos. Tiró el teléfono en su cama y lo silenció con una almohada para ahogar el tono. Cuando se calló, sonó una notificación de mensaje. Entonces, inmediatamente, Yoongi lo leyó.

Favor llamar a este número si...

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Y, mientras tanto, pienso en ti  [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora