... quisiera que todo fuera diferente

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MIN YOONGI
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Tendría que aceptar su destino. De todas formas siempre creyó morir joven. Por un tiempo, como a los ocho años, se había dedicado a dejar especificaciones sobre el paradero de sus pocas posesiones preciadas en su cuaderno de matemáticas. Había pasado meses pensando en el epitafio hasta aburrirse del tema... La imagen de la madre de Jimin se había construido en su cabeza como el monstruo que se mantiene en las sombras por la mitad de una película. Seguramente no era tan aterradora. O eso se dijo mientras trataba de estar tan sereno como podía.

Por otro lado Jimin era un manojo de nervios, aunque parecía más cabreado que otra cosa. Le escribía a su hermano y miraba a la pantalla con genuino enfado.

-- Lo voy a matar... --masculló. -- Perdió su tren y viene en el siguiente. No consiguió señal para avisarnos antes. Sí, claro...

Por fortuna su enfado amainó para cuando una mujer bajita y bien arreglada se acercó. Yoongi intentó separar sus labios y decir algo o hacerle una seña, pero Jimin estaba en otra. La mujer tuvo que tocar su hombro para llamar su atención. Él pegó un saltito y volteó.

-- ¡Mamá! M-me asustaste.

Ella rio. Yoongi estaba usando toda su concentración en quedarse quieto y fingir que era invisible.

-- ¿Minnie, no me viste? Estaba esperándolos... -- dijo y no tardó en notar que algo no estaba como debería ¿Dónde está tu hermano?

-- Ehh sobre eso...

La sonrisa de la mujer se borró un poco y Yoongi notó como Jimin ocultaba tras su espalda una mano que había comenzado a temblarle un poco.

-- No encontramos muchos boletos por las fiestas y, ya sabes, es época de mayor turismo aquí... Bueno. Taemin estará aquí en una hora.

-- ¿Y te dejó solo? ¿Y tú accediste sabiendo lo único que acordamos?

El enojo tenía un tono tan específico y una cadencia tan marcada en la voz de la madre de Jimin que Yoongi consideró hacerse el loco e irse como un fantasma, detrás de algún grupo de personas antes de que las cosas se pusieran peor. Ella ni siquiera parecía enojada, sólo seria. Y eso definitivamente daba algo más de miedo.

-- ¡No! e-en realidad... no volví solo, mamá.

Mierda.

Yoongi se preparó como para recibir un golpe en la cara, pero trató de mantenerse sin expresión

-- Él es Min Yoongi -- lo presentó. -- Nos conocemos de la secundaria aquí en Seúl. Y bueno, nos encontramos casualmente en Busán y, bueno, de hecho, él fue muy amable y me dejó el lugar de su prima. Ella tendrá que tomar un tren mañana ya que todo está llenísimo... y bueno...

-- Es un gusto -- dijo Yoongi, con una ligera pero marcada reverencia, para que Jimin cerrara la boca y no estropeara la mentira que acababa de armar.

La mujer correspondió el saludo, aún confundida y volteó a ver a su hijo por un instante -- Vaya... Jimin nunca te mencionó. ¿Son amigos?

-- Sí, nos conocimos en extra curriculares -- dijo Yoongi sin saber cómo estaba guardando la calma tan bien. Incluso se sorprendió a sí mismo sonriendo y tomando esa postura algo fromal que usaba para presentarse cuando tocaba en competencias. 

-- Oh ¿también bailas?

-- No, no, él juega baloncesto -- aclaró Jimin con una risita -- Tenemos áreas en común para practicar y por eso nos conocimos.

Yoongi sólo asintió ligeramente más relajado después de entender que solo mentiría con la existencia de su supuesta prima y el asunto del tren. La mujer asintió con un gesto de interés. Pero cortó el tema al mirar alrededor.

Y, mientras tanto, pienso en ti  [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora