Y, mientras tanto, pienso en ti [Yoonmin]

... ¿puedo seguir así?

PARK JIMIN
.

-- Besé a Yoongi por accidente --  admitió Jimin con el volumen de voz más bajo que pudo y un nudo de temor en la garganta.

-- ¡¡¿Qué?!!

La reacción de Jungkook fue estruendosa. Su rostro, usualmente apacible, se extendió en sorpresa. Jimin notó lo realmente grandes y redondos que eran sus ojos.

-- ¡Shhh! ¡Jungkook! -- lo reprendió a susurros.

-- Perdón, pero... -- balbuceó bajando el tono ante la mirada severa de su amigo y escaneando alrededor, a las pocas personas en el aula, para asegurarse de  no estar haciendo un escándalo -- ¡¿cómo que por accidente?! ¿Qué pasó?

Jimin liberó algo del aire dolorosamente contenido en sus pulmones a modo de suspiro. Había cruzado la línea que mantenía todo seguro entre él y Yoongi. Tal vez había roto algo en su amistad. Era grave, lo sabía. Por alguna razón sentía una culpa casi religiosa. Había pecado. Había pisado su propia mano y estaba en el filo de perder lo más preciado que tenía... Trató de relatarlo sin dejarse llevar por el miedo. No tenía que retroceder demasiado, en realidad... Acababa de suceder.

Estaba en el estacionamiento, esperando a Jungkook. Ahora que habían vuelto a clases, Jimin deseaba empezar con el pie derecho. Había llegado temprano y leía con atención los apuntes de historia que tenía a la mano. Parte de él deseaba estudiar con esmero para mantener todo en orden. Otra, solo buscaba una excusa para distraerse. Su teléfono, en su bolsillo, estaba apagado. Lo encendería únicamente en el horario en el que su madre le escribía o llamaba. Hacerlo antes o dejarlo en vibrador solo incrementaría su ansiedad con respecto a Myung-Dae. El silencio de su parte estaba siendo más tortuoso que las constantes llamadas previas a navidad...

Tomo algo de aire y dejó que el frío le diera algo de serenidad. Jimin había vivido entre silencios esos días. Su madre, que antes comentaba con él y su hermano largas o detalladas historias de sus viajes y días tranquilos, estaba muy taciturna. Parecía al filo de una decisión importante que no podía consultar con nadie más. Jimin la había notado algo extraña desde su mudanza a Seúl y ahora era muy evidente. Tanto como para que Taemin también lo notara. Al mismo tiempo sentía una simpatía extraña por ella. La teoría de los hermanos era que estaba saliendo con alguien, lidiando con dejar la promesa de amor que había hecho al casarse y tener hijos con un hombre ya muerto.

Para Jimin no había mucho que pensar. Ella tenía derecho a seguir adelante y tal vez sanar el desgarro que el duelo había causado en su vida. Taemin parecía menos convencido de ello. El menor de los Park lo atribuyó a la condición de primogénito de su hermano y a que él sí había tenido algo de tiempo con su padre como para recordarlo.

Pero no todo silencio era negativo o ambiguo. Yoongi había mantenido distancia por su teléfono estropeado. Sin embargo, luego de su "cita", ese silencio era poco tortuoso para Jimin. Era casi cálido y le daba espacio para pensar en ambos, para soñar y disfrutar de extrañarlo. Últimamente Jimin se refugiaba mucho en eso. Tal vez no saldría como quería y estaba exponiendo demasiado de su corazón a las brazas de un fuego peligroso... Pero estaba seguro de formar parte de la vida de Yoongi. Él mismo al despedirse le había dicho que esperaba verlo la siguiente semana. Esas pequeñas postergaciones, la idea de un plan en el que estaba incluído lo era todo para Jimin...

Tal vez sus pensamientos lo invocaron. Pues, sorprendentemente, Yoongi apareció antes que Jungkook.

-- ¿Por qué estás afuera como un perro castigado? -- saludó.

-- Cómo se nota que eres una persona de mañana, Yoon -- ironizó sin poder evitar sonreír.

-- No me juzgues, de milagro me levanté. Yo ni quería venir -- dijo, dejándose caer a su lado en la banca. Estaba despeinado. El cansancio había pintado sombras ligeramente violáceas bajo sus ojos. Llevaba la chaqueta dada vuelta, con las costuras expuestas y su chalina colgaba sin forma alrededor de su cuello. Bostezó al rato.