... recorremos Busán

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Min Yoongi
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A la mañana siguiente, Yoongi despertó en una habitación ordenada. Curioso, se incorporó sobre sus codos y escaneó su alrededor. Jimin no estaba en la habitación. Volvió a recostarse para terminar de despertar. Encontró su teléfono debajo de la almohada.Vio la hora. Aún poco más de las nueve y media. Era una hora decente. Se sentó en la cama y buscó la computadora para apagarla y-o ponerla sobre la cómoda, pero eso también ya estaba hecho. Justo entonces, el responsable de tanto orden apareció por la puerta. Se veía pulcro y lindo como siempre. Llevaba un cárdigan celeste que se veía tan suave que daba ganas de abrazarlo.

-- Bonito peinado, bello durmiente -- lo molestó Jimin a modo de saludo.

-- Son recién las nueve. No me molestes -- protestó volviéndose a acostar jalando las frazadas consigo. Buscaba ocultarse más que otra cosa. Había olvidado que tenía el cabello hecho un desastre, como cada mañana.

-- Nueve y cuarenta -- corrigió con una risita. -- Levántate y alístate que tenemos un día largo.

-- ¿De qué hablas?

-- Dije que te enseñaría Busán ¿no?

-- Pero ayer... ante-ayer, ya vimos bastante...

-- No creíste que eso era todo ¿no? Anda, preparé muchas sorpresas para ti y también tu desayuno, así que arriba.

No estaba de broma. En serio pasaron todo el día afuera. Tiempo después, cuando Yoongi tendría acceso a las notas de Jimin, reconocería ciertos lugares tal y como él los había anotado: "ese lugar para comer hotteok", "feria local de artesanías", "Café de siempre, si está cerrado el de cinco cuadras de la Academia", " Museo de historia natural /día hábil/ a medio día/ nadie molesta".

Toda la semana fue así. No fue tan pesado porque Yoongi podía elegir entre las opciones que no eran una sorpresa. Aunque curiosamente una de estás sorpresas, el "Concierto de Sinfónica (Noche del martes) Si no le gusta es un buen espacio para dormir" había resultado su lugar favorito. Llevaba mucho sin escuchar música en vivo sin sentirse mal o fuera de lugar. De todas formas estaba seguro de que había hablado por demás. Durante las pausas, casi no se callaba hasta el último llamado. Tenía muy en mente que seguro era irritante. Pero Jimin lo escuchaba y lo miraba como si fuera lo más importante del universo. Como siempre, estaba interesado en preguntar hasta cosas que sonaban tontas. Le gustaba mucho ese rasgo de Jimin.

Esa semana podría ser fácilmente calificada como la mejor semana del año o, tal vez, incluso, de su vida. Estaba tan feliz y en paz que le daba algo miedo. Él no era así y su vida tampoco. Se sentía bien pero creía de que todo terminaría saliendo mal eventualmente...

Claro que, igual habían pasado cosas no muy buenas. Se perdieron en el metro dos veces, mínimo. Un día nevó tanto que tuvieron que quedarse en una librería por tres horas. Un perro se robó un mapa que compraron cuando se perdieron. Hubieron un par de reencuentros involuntarios y no muy agradables entre Jimin y unos ex compañeros suyos. Se quedaron dormidos en un autobús y terminaron en el otro lado de Busán, como si no hubieran aprendido su lección en Seúl. Tuvieron que usar el metro y fue la segunda vez que se perdieron. Y, claro, lastimosamente Jimin se había terminado enfermando. Pero era testarudo e insistía en que era sólo un resfriado. De todas formas, Yoongi tenía un ojo puesto en él.

Así llegaron a su penúltimo día en Busán.
Yoongi, ya habituado, estaba bien despierto y listo para las nueve. Volvían a Seúl por la noche del día siguiente y habían tomado la sabia decisión de darse el día para empacar y no hacer nada. En realidad lo último lo había propuesto Yoongi. A veces, Jimin era demasiado activo como para seguirle el ritmo.

Y, mientras tanto, pienso en ti  [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora