Safety Pin || Ashton Irwin

49. I Am Woman

I am woman, hear me roar.

*Un día después*

📌 New York, New York.

El día estaba nublado mientras ellos estaban debajo del cobertor abrazados y la laptop reproducía la película que habían elegido horas antes. Tenían las cortinas cerradas y la lámpara que estaba en la mesita estaba prendida. Por primera vez estaban en el departamento que Ashton había comprado para ambos. Al llegar habían hablado sobre como amueblar los espacios faltantes, aquellos que el chico había decidido dejar en blanco hasta que ella llegara para permitirle poner una pizca de ella. Quería que ella se sintiera cómoda en el hogar que estaban creando.

La castaña había entrado por la puerta de madera, para encontrarse con las paredes blancas y pocos cuadros colgados en éstas, la sala conformada por unos sillones lindos y una mesita de centro a juego. Sonrió al imaginar al chico eligiendo cada detalle y ambos se pusieron a bailar cuando ella habló sobre poner un mueble lleno de vinilos y poner un tocadiscos; habían bailado en la sala sin música alguna imaginando melodías de alguna canción vieja de los años 80's.

Por un segundo, Honey pensó que el amor se sentía como esa casa, como los besos de buenos días, las bromas que sólo ellos comprendían, compartir el silencio al ver el atardecer, la familia que eligió al ver a sus dos hermanos como propios, la risa pero también el dolor y las lágrimas, el compartir cientos de elevadores y quedar atrapado en uno, el escuchar el pasado del otro y aceptar a la persona que está parada frente a ti, impulsarlo a que brille más bonito de lo que ya lo hace, el tirarte al piso justo con él cuando lo ves de rodillas con el corazón en las manos. El amor tenía nombre y apellido: Ashton Fletcher Irwin.

Ordenaron comida china cuando el hambre y el cansancio los invadieron después de haber pintado las paredes de la cocina, habían terminado llenos de pintura de color amarillo porque no dejaban de llenar al otro con ésta y todo había terminado en una guerra de besos con sabor a pintura artificial amarilla. Se sentaron a comer frente al pórtico mientras veían a las personas pasar frente a ellos, imaginando los posibles destinos a los que irían, miles de lugares sin conocer; comenzaron un juego en el que ambos inventaban la vida de la persona que se cruzara frente a ellos. 

-Esa mujer morena seguro es la futura presidenta del país-dijo Ashton con seguridad y Honey rió-Quiero decir, mírala, se ve como una mujer muy decidida.

-Cierto-asintió la castaña mientras veía como la mujer subía a su camioneta-Las mujeres son capaces de cambiar el mundo.

Cuando por fin llegó la noche, ambos estaban tan cansados que decidieron dejar las paredes a medio pintar y simplemente se acostaron en la cama a ver Bambi*. Honey comenzó a llorar al ver la escena de la muerte de la madre del ciervo y limpió sus lágrimas de forma sutil. Ashton volteó a verla por encima del hombro y cerró la laptop levemente.

-¿Estás bien?-preguntó mientras le hacía caricias en el brazo y ella asintió con la cabeza levemente-¿La película te hace llorar?

-No, es sólo que...me siento extraña.

-Honey...-susurró él y ella volteó a verlo a los ojos-¿Estás segura de que no estás embarazada?

La chica negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña risa.

-No, me llegó el periodo el día de ayer.

-Ahhh, ¿entonces fue por eso que te reíste cuando lo sugerí?

Honey asintió con una leve sonrisa y el chico la imitó.

-¿Puedo traerte algo?-preguntó él con ternura y Honey lo miró con amor en los ojos. Tenía su camiseta blanca y el pantalón de la pijama pero no usaba calcetines para dormir, lo cual hacía que la castaña brincara ya que su prometido siempre tenía los pies fríos.