La convocatoria había sido exitosa, porque cada uno de los Sheyj, emires, nobles y jefes importantes del país se encontraba sentados en el gran auditorio del ministerio de justicia. Un espacio circular amplio para que todos pudiesen mirar al orador que se posiciona en una plataforma central. Cada hombre buscaba el mejor sitio mientras que sus acompañantes, asistentes y feminas se desplazaban hasta el segundo piso.
Mia se había separado de Dave, manteniéndola atemorizada mientras su imaginación se echaba a volar. En su interior podía sentir como Uzza la calmaba, pero ella solo deseaba sentir las manos de Dave entrelazadas con las suyas, sabia que estarían a salvo, ocultas entre la multitud, desapercibida para los demás... Un sentimiento de lo mas extraño, no ser el centro de atención era lo que siempre había deseado, pero daría todo para estar codo a codo con Dave.
El segundo piso era un lugar para escuchar, algunos periodistas habían sido invitados, tanto nacionales como la prensa internacional, claramente todo se trataba de presentar el mejor espectáculo al mundo, estaban tan cegados por el poder, creían que la pasividad que existía era producto de debilidad, olvidando que los lideres del país gobernaban con mano de hierro y que detrás de esa mano estaba la familia imperial. Dave había dicho que quien se encargaba de los asuntos mas turbios era Sameh, eso explicaba el hecho de su mirada dura y afligida detrás de su forzada sonrisa.
~Nuestra Ama Aldamu se dirige hacia este lugar~ Susurro "Lanza" a su lado.
La noticia aliviaba a Mia, sin embargo la mirada de su acompañante la intrigaba.
~¿Sucedió algo? ¿Ella está bien?~ Estaba acostumbrada en ver a la joven una mirada inexpresiva. Aquel cambio solo podía significar algo muy malo.
~Mataron al traidor Kabir~ Anuncio con un dejo de desprecio en su voz.
~Dios mío...~Susurró con dolor apretando su estomago. El padre de Badra...estará destrozada.
~Según el radar...se acercan a gran velocidad~
~Mira...-Mia se levantó y pudo ver como los principales exponentes subían a la plataforma, Sameh estaba en el puesto principal, con una mirada fría y penetrante, parecía irreconocible, como si no tuviese que esconder la furia en aquel trono de justicia. A su lado el ministro de justicia, un hombre de mediana edad y baja estatura, sin embargo poseía un porte regio, una mirada sombría, acostumbrada a mandar y a ser obedecido. Como si todo aquello solo fuese un trámite más. El último en llegar fue un noble que no reconocía, mas tenia un aire a su alrededor que le trasmitía malestar.
~Es el principado de los sacerdotes~ Ayudo la joven con la mirada fija en los recién aparecidos.
~Cierto~ Recordó Mía, era un hombre que siempre estaba detrás del sacerdote principal.
~Ast~ Se inclinó el recién llegado tomando lugar para comenzar la perorata. ~Damos lugar al comienzo de esta reunión extraordinaria, estamos reunidos en busca de una solución radical y poderosa. Nuestros enemigos han atacado las fronteras y destruido el palacio mientras nuestra Kahina retornaba junto con el hermano de nuestro nuevo Ast~
En la sala comenzaron los susurros, todos estaban indignados, el descontento era palpable ¿Cómo se atrevían a matar a los protegido de Uzza?, rápidamente la indignación dio paso a una sed de justicia que llevaba años hirviendo.
~Nuestro rey solicita nuestra ayuda~ Mia lo dudaba, ya que los ojos de Sameh parecían despedazar a quien se atreviera a mirarle.
~ Debemos unirnos para combatir este mal, ¡nos ataca sin piedad! ¡debemos devolver su afrenta, demostrar nuestra fuerza y que sucumban a nuestro poder! ¡Somos el pueblo escogido!~
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SOLO MIA ©
Romance¿Cómo poder amar a un hombre egoísta y opresivo? se pregunta ella. ¿Cómo poder amar a una mujer liberal y subversiva? Se pregunta el. Tal vez este amor solo pueda mantenerse con una ayuda sobrehumana... Tal vez tendrán que confiar uno en el otro sin...