Capitulo trigésimo

454 39 28
                                    


Mia atravesó la puerta y vio a Alana sentada y a Naim detrás de ella, protegiéndola de la mirada de los empleados del palacio.

Los ojos de ella se posaron en Mia y no dudo ningún instante en abalanzarse para colmarla de un cálido abrazo. Naim hizo lo propio e imito a su hermana. Por un momento había pensado que perdería a las dos mujeres que tenía en sus brazos. No resistiría una perdida así. Cuando le pusiera las manos a Dave ¡ya vería el muy cabrón como dejaría su cara!

~¿Estas bien?~ Pregunto Mia con el corazón en la mano

~No te preocupes... me salvaste la vida, déjame estar a tu lado para ayudarte~ Alana estaba conmovida por aquella criatura tan frágil y a la vez tan valerosa. Era una mujer digna de confianza y honores.

~Sabes, no nos hemos presentado bien...~ Extendió la mano mano  ~Mia mucho gusto~

~Alana~ Se estrecharon las manos pero luego no pudieron evitar abrazarse. Ambas formarían una gran amistad desde aquel momento. A pesar de lo que habían pasado juntas, jamas dejarían a la otra, serian amigas hasta la muerte.

~Kahina Mia, desde hoy serás llamada así por nuestro pueblo, eres la sacerdotisa de Uzza, si la diosa te protege entonces hazme el honor de ser tu guardián~ Le dijo Naim y se arrodillo ante ella. al parecer todos ansiaba arrodillarse, aunque en el caso de Naim quedaba a la altura de un niño, demasiado grande.

~No es necesario, tu gente me ayudo y viceversa, ¿No estamos en paz?~ Mia estaba muy incomoda con la necesidad que tenia la gente de arrodillarse para demostrar la importancia de sus palabras.

~Solo si me dejas servirte para el resto de mi vida~ Replicó con una seriedad impropia de su anterior actitud cariñosa. Naim no solía permitirse demostrar abiertamente lo que sentía, pero Mia le calaba hondo, no podía evitar relajarse junto a ella, por lo que tenia que recordarse a si mismo que ella era intocable.

~Yo no tengo siervos, solo amigos ¿Quieres ser mi amigo para siempre?~ Mia le miro con sus exóticos ojos llenos de esperanzas y Naim sonrió, de forma extraña, pero era una sonrisa genuina viniendo de él. Hace mucho tiempo que no lo hacía, estaba fuera de práctica y no podía resistirse a corresponder a Mia.

~Sería un orgullo ser tu amigo, por favor dame tu bendición~ Naim espero de rodillas y Alana no pudo evitar reír ante la cara avergonzada de Mia. ¿De verdad tenía que besarlo?

~Bueno, yo realmente no hago milagros...bueno~ Mia con el corazón latiendo muy rápido beso a Naim en la frente y este la miro con una cara tan seria que ella no pudo evitar reír. Que extraño hombre era aquel.

Badra miro la escena sonriente, era agradable ver que Mia intentaba actuar con naturalidad después de lo vivido, y en parte ese era también un problema, pudo ver las manos de Mia tensarse cuando su voz parecía apacible, algo había sucedido y solo ellos sabían, pero no podía recriminarles, porque ella no había protegido a Mia, además ya había sido injusta con ellos.

~Les debo una disculpa, lamento haber llegado a conjeturas tan apresuradas, sobre todo no haberlos ayudado cuando sabía que no era correcta la actitud de...Dave~ Ahora no era mas rey, debía acostumbrarse. ~También lamento haberte derribado~ Se disculpo Badra con sincera emoción y gran arrepentimiento en sus ojos cuando se dirigió hacia Naim.

~Eres una guerrea y un soldado, tú has hecho bien~ Le dijo Naim y le toco el hombro para darle ánimos. ~He perdido contra ti porque eres mucho mejor, pero algún día deberíamos tener un encuentro para decidirlo~

Badra se sintió en las nubes, lo que Naim le decía era una muestra de un gran carácter, admitir que una mujer le había derrotado y demostrar respeto por su fuerza era una aprobación que deseaba más que nada en el mundo. Aquel hombre le agradaba de verdad y le dio un subidón a su autoestima que solía estar bastante baja.

SOLO MIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora