SOLO MIA ©

Capitulo vigésimo octavo

Romper el contacto con Mia, fue tan doloroso como la primera vez que siendo niño se dio cuenta del rechazo de sus padres hacia el.

-Necesito contarte una historia y hacerte una pregunta- Dijo Dave, solo le quedaban unos cuantos minutos y todo estaría listo.

 Antes de que Mia despertara nuevamente hablo con su hermano y con Sameh, quien nuevamente le había golpeado el rostro al volver luego de estar barriendo el desierto en busca de Mia. Dejo muy en claro que haber ordenado la ejecución de Naim y Alana lo volvía como su padre, para su angustia era verdad, por lo que pidió a su prima Aanira que enviara por ellos para poder pedirles su perdón y les entregara una carta que hace mucho tiempo debió haber escrito para Naim.

-¿De que se trata?- Pregunto Mia indecisa.

-Tu tatuaje en la espalda ¿Por qué lo hiciste?- Pregunto Dave sorprendiendo a Mia por el cambio tan abrupto de su conversación.

-Yo... - ¿Cómo decir que era algo personal después de todas las cosas que compartió con ella? -Mi madre es muy hermosa, yo siempre desee resplandecer como ella, ella ama las flores amarillas y decidí tatuarme una para sentirme mas cerca de ella, sabia que seria amarilla, ¿pero que flor?, a mi me encantan los narcisos...ya estaba decidida hasta que la vi crecer en mi patio...Nunca fui buena jardinera y descuidaba el patio de mi casa, pero contra todo pronostico un arbusto creció y vi una hermosa flor amarilla emerger de aquel tumulto, investigue sobre ella y me gusto mucho su significado, me sentí en sintonía con aquel ser vivo que aun cuando no tenia agua, ni luz creció maravillosamente...- Aquella visión viviría por siempre en su corazon.

-Yo quería ser así, el tatuaje en mi espalda es un recordatorio de que puedo ser así- Hablo Mia conmovida al recordar que aquello sucedió justo cuando mas lo necesito, la naturaleza la había inspirado y por eso siempre intentaba plasmar en sus lienzos su enorme poder y belleza.

-Ya lo as logrado- Susurro Dave pero Mia no sabia como reaccionar a los halagos por lo que no dijo nada.

-En mi pueblo la Acacia en una flor especial, crece en el desierto, aun cuando muchas plantas no pueden,  es un símbolo de luz ya que trazan un camino a los oasis, es una flor que ofrendan a los dioses, es un símbolo de prosperidad, incorruptible y pura para nosotros, como tu... La diosa del desierto, quien cuida de nuestros oasis y de aquellos que vagan en el desierto cuando lloro por su amado y creo los oasis dejo un rastro para que todos pudieran vivir, un rastro de acacias en el desierto, por eso nadie toca nuestras flores del desierto y tu eres la personificación de la flor que llevas tatuada, sin que lo supieras llevas un lazo indestructible con mi pueblo y deseaba que lo supieras-

Dave se acerco y toco suavemente sus cabellos, era tan hermosa, tan delicada y a la vez tan fuerte, igual que su flor favorita. En un ultimo impulso egoísta la abrazo tiernamente y le deposito un casto beso en su cabeza. Quería recordar su aroma, dulce fragancia que atesoraría por el resto de su vida.

Cuando sintió que ella se movía, malinterpreto las manos que ella acerco a su pecho y se alejo, el pensaba que lo estaba apartando, cuando la verdadera intención de Mia era sentir su calor.

-¿Podrías darme solo unos minutos más?- Le pregunto con el semblante ensombrecido.

Mia asintió, creyendo que el seguiría abrazándola, porque aunque no lo quisiera admitir lo necesitaba, sentir que la rodeaba y la protegería, aunque sabía que no fuese verdad, lo deseaba. Pero no hizo eso.

Dave se sacó su turbante dejando libre el pelo que ella una vez toco con dulzura y lo envolvió sobre su rostro con una delicadeza impropia de él. Luego se desprendió de su larga túnica y con cuidado cubrió el cuerpo de Mia, quien no entendía lo que ocurría ni porque se desprendía de su ropa.