~Tock, tock~ Se escucharon los golpes en la puerta. Dave solo escuchar eso para saber que Said le indicaba que quedaba menos de una hora de vuelo.Sonrió de forma inconsciente al ver a Mia apretada junto a él, por lo visto su cuerpo era mucho más sincero que sus palabras. Acerco su rostro al cabello blanquecino de Mia e inhalo su aroma dulce y profundo, aroma a durazno, ¿Su sabor también lo sería?
Sus dedos acariciaron la piel de ella, blanca como la nata y sonrosada en partes que le daban una sensualidad inusitada. Sus dedos recorrieron su cien, bajaron por su mejilla y su frágil cuello, descendiendo hasta sus hombros desnudos, invitándolo en silencio a tocarla y a despejar su piel del camisón de tirantes.
Deseaba verla desnuda, grabar en su memoria cada parte de su cuerpo, dejarla expuesta y cubrirla con su cuerpo, lo deseaba más que cualquier otra cosa en ese momento, sin embargo la sola noción de poder hacerlo hacia que su mano temblase de anticipación.
Con una delicadeza impropia de él, cambio lentamente de posición a Mia hasta encontrar el cierre del camisón que cubría tiernamente la piel de aquella bruja.
Una sonrisa traviesas se creó en sus labios mientras abría el cierre y bajaba los tirantes de sus hombros lentamente rozando con sus nudillos su suave piel. Logró tener gran parte de su espalda expuesta y al verla de esa forma, encontró en ella el ser más sensual que había visto en su vida. Como la fruta del Edén, prohibida pero mortalmente deseada.
Cerro los ojos y comenzó a trazar un camino de pequeños besos desde su hombro derecho hasta el centro de su espalda abriendo cada vez más su camisón. Al bajar hasta su cintura aspiro lentamente hasta que se le hizo agua la boca y no dudo en degustar muy lentamente.
Mia sabía y olía a duraznos, tiernos y jugosos duraznos. Para risa de él, su fruta preferida.
Dave lamió su espada y mordisqueo a la vez que que con las manos acariciaba sus contornos hasta encontrase con la turgencia de sus pechos. Para su deleite eran tan suaves y tan llenos que no dudo en apresarlos como un niño con su primer balón.
Sonrió al sentir al fin su estremecimiento. Había intentado ser los más suave para no despertarla, aunque su pasión era demasiado apremiante como para seguir siendo apacible frente a tanta belleza, sus ansias cada vez eran mayor y sólo ella podía apaciguar la tormenta que bullía en su interior.
La escucho suspirar y jadear, sabiendo que muy pronto recuperaría la noción de lo real y lo detendría, posó un último beso en su cintura.
Se apartó con una sonrisa al sentir que contenía la respiración, estaba más que seguro de que sabía quién la acompañaba en la cama.Dave al abrir sus ojos vio con asombro la espalda baja de Mia, cubierta por un tatuaje florido con colores vibrantes.
-Vaya sorpresa- Se deleito en trazar el tatuaje de Acacias con sus dedos, complacido de que su piel estuviese marcada por un símbolo femenino de su desierto madre.
Mia por fin saliendo de aquel trance de pasión se sobresalto al sentir los dedos de Dave por el lugar donde se había tatuado hace muchos años. Sabía lo que estaba viendo y que estaría sacando conclusiones herradas sobre su significado.
Sin poder controlar su cuerpo se vio asaltada por sensaciones que abrazaban sus sentidos, temblando en cada lugar que Dave acariciaba.
-Pa...para-intento articular las palabras necesarias para detenerlo, pero ninguna tomo forma en su mente colapsada por intentar procesar aquellas nuevas sensaciones que su cuerpo sentía.
-Me parece que esto amerita una explicación- Ronroneo el jeque deslizando un dedo en el hombro desnudo de ella y acercando su boca a su delicado cuello.
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SOLO MIA ©
Romansa¿Cómo poder amar a un hombre egoísta y opresivo? se pregunta ella. ¿Cómo poder amar a una mujer liberal y subversiva? Se pregunta el. Tal vez este amor solo pueda mantenerse con una ayuda sobrehumana... Tal vez tendrán que confiar uno en el otro sin...