Capitulo décimo octavo

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-Nunca te haría daño- Le dijo Dave con una suavidad que hizo temblar a Mia.

-Te creo, es solo que...-Mia no podía hablar o lloraría, se había sentido tan tensa al ver la furia de Dave, no pudo evitar reaccionar por instinto, era algo que solía suceder cuando las personas se enfadaban, no podía confrontar una discusión de esa magnitud, simplemente no podía.

-¿Quien fue?- La voz de Dave parecía calmada, pero podía notar el filo de la muerte en sus palabras.

¿Podría confiar en el? ¿Podría abrirse a el? ¿Podría dejar de tener miedo para sucumbir a lo que sentía por el?

Mia suspiro, había luchado tanto por esconderlo que le parecía correcto que nadie lo supiera, aun así esconderlo de Dave era algo que no quería hacer, porque sentía que se lo debía, porque el nunca le pegaría y ella se había defendido de el, tenia que explicarle para poder despejar la culpa de su rostro.

-Mi padre biológico golpeaba a mamá, desde que tengo uso de razón siempre fue así- Comenzó a hablar y todo pareció correcto, así que siguió animada por el cálido abrazo de Dave.

-Creo que el se sentía frustrado porque tuvo un accidente en la milicia y al no poder ser un soldado activo le echaba la culpa de todos sus males a mamá-

Dave la escucho sin interrupciones, sabia que aquel instante era importante, nada podría separarlo de ella en aquel momento.

-Al principio pensé que solo eran peleas, pero a medida que fui creciendo fue mas duro para ella poder ocultarlo, todo empeoro cuando mi madre se embarazo-

Como si le hubieran cortado el aliento, Mia gimió de dolor al recordar lo ocurrido

-Tenia 12 años, mi madre tenia 5 meses de embarazo y casi muere de la golpiza que le dio aquel monstruo, ¡estaba embarazada de su hijo y lo mato!-

La lagrimas surgieron solas pero Mia no se había dado cuenta de que le recorrían la piel, porque estaba sumida en el pasado y el dolor le cegaba los sentidos.

-Mi mamá no fue la misma después de perder a mi hermano, se sumió en el alcohol y no la culpo por ello, a veces era su única salida, las drogas la dopaban lo suficiente para no sentir dolor cuando el la golpeaba y el alcohol la hacia olvidar, pasaron dos años hasta que...hasta que el se fijo en mi-

Mia había comenzado a temblar espasmódicamente y Dave se mordía los labios para no maldecir, ella necesitaba su apoyo, no necesitaba lidiar con la furia que crecía en su interior.

-No había existido nunca para el, siquiera me miraba, pero ocurrió cuando llego mi primer periodo, mi mamá me celebro, y cuando el se entero se puso furioso, grito muchas incoherencias, sobre los hombres que llevaría a casa, que quedaría embarazada entre otras cosas irracionales, y nos asusto...llego la noche y fue cuando todo ocurrió, me saco de la cama mientras dormía, me arrastro hasta el patio mientras me golpeaba, el parecía poseído, nunca había tenido tanto miedo...-Las palabras de Mia salían a raudales de su boca, eran rápidas y sus pulmones jadeaban por oxigeno. Era como si estuviese viviendo el momento nuevamente y Dave no podía hacer nada por ayudarla.

-Grite, ¡le rogué!, pero no paro, no sabia porque me golpeaba, solo sabia que era mi culpa, así que le suplique que me disculpara. Todo fue rápido, se que no duro mucho porque mi madre a penas nos encontró me ayudo-

Mia logro tranquilizarse para evocar el recuerdo y explicarse lo mejor posible.

-Mi madre era frágil, las drogas habían deteriorado su salud, pero fue como si hubiese tenido la fuerza de cinco hombres, se abalanzo contra el, lo derrumbo, le causo una conmoción, le grito las mil cosas que nunca se atrevió a decirle y lo apuñalo-

SOLO MIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora