-¡¿Quién te crees?! ¡Bájame!- Gritaba Mia llena de furia.
-¡Suéltame! ¡Suéltame maldito bastardo!- Seguía gritando Mia, una y otra vez intentando hacer el mayor daño a Dave.
El la llevo a su recamara y tan solo pensar en lo que había compartido con él en aquel lugar la hizo entrar en histeria, pataleando y golpeando cualquier sitio que le causara dolor. Por sus quejas estaba logrando lo que deseaba, pero Dave era más grande, más fuerte y ella se comenzó a sentir indefensa cuando el con facilidad la aprisiono en sus brazos.
-Mia- Repitió Dave intentando calmarla. La envolvió en sus brazos para luego recostarse en su cama junto a ella. Esta vez uso su peso para aplastarla y cuando ya no pudo moverse la sintió temblar de furia.
-¡Déjame en paz! ¡No sé porque Dimitri no me ha ayudado pero de seguro tú lo pusiste entre la espada y la pared, es lo que acostumbras hacer para salirte con la tuya!- Siguió gritando Mia contra su pecho porque no quería mirarlo a los ojos, le dolía su cercanía.
-¡Eres un cerdo, un malnacido! ¡Ojala el rey fuera tu hermano! ¡Desearía no haberte conocido nunca! ¡Desearía no volver a ver tu cara nunca más en mi vida!- Grito llorando y de allí no paro de llorar. Lo cual la hacía llorar más y estar mucho más molesta, porque desde que arribo en Fuaad no paraba de llorar.
Mia no quería estar entre sus brazos, no quería sentirlo cerca, no quería que la envolviera como si intentase cuidarla y no quería compartir ningún momento especial con él, porque siempre le rompía el corazón con su indiferencia y egoísmo.
Dave solo tenía unos momentos con Mia, era lo único que su hermano le había concedido, quería tocarla, quería besarla, quería hacerle el amor, aunque para su miseria ella le odiaba.
Sabía que le había hecho daño, aunque en su minuto no lo vio ni vislumbro lo que hizo. Se dio cuenta gracias a Badra de que había fallado en lo mismo que el temía que le fallaran si se abría a alguien.
Mia seguía insultándolo con palabras bastante creativas para describir su conducta mientras lloraba desconsoladamente por mas que la intentase calmar, y él estaba demasiado triste como para poder disfrutar de su ingenio, además de que ella seguía luchando para separare de el.
Su rechazo a sus caricias y a sus palabras le producía un dolor agudo en su pecho. Sin embargo deseaba estar con ella unos minutos, unos segundos mas, sentir su presencia cerca para poder calmarse. ¿Cuánto temió que le ocurriera algo? ¿Cuánta angustia y dolor era necesario que sintiera para poder enmendar lo que le había hecho? ¡Aguantaría todas las penas del infierno si ella le volvía a sonreírle como antes.
Para Dave escuchar como lloraba no era mas que una afirmación de todo lo que temía, un recordatorio del dolor que podía provocarle y eso hacia que su corazón se contrajera y la abrazara mas fuerte aun.
Cuando Mia no tuvo nada más que llorar, cuando se rindió porque sabía no podría ganar en fuerza a Dave y liberarse de su abrazo, se dio cuenta de algo, o mas bien dicho lo sintió. No era ella quien temblaba sino él, quien mantenía su cara sobre su cabeza y la apretaba contra su cuerpo. El temblaba espasmódicamente mientras susurra "lo siento" una y otra vez. Pero no se dejaría engañar por él.
-Quiero que me sueltes, ¡Ahora!- Le exigió Mia con la poca fuerza de voluntad que le quedaba para resistirse a su cercanía, a sus palabras y a sus caricias.
-¡No!- Grito el apretándola aun mas, no quería soltarla por nada del mundo, pero sabia que no era lo que ella quería.
-Mia, escúchame ¿Por favor?- Esta vez Dave la miro a los ojos y lo que Mia vio no fue al hombre indiferente, no fue al hombre frió, ni al egoísta. Esta vez lo que Mia vio fue un reflejo de su propio dolor.
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SOLO MIA ©
Romance¿Cómo poder amar a un hombre egoísta y opresivo? se pregunta ella. ¿Cómo poder amar a una mujer liberal y subversiva? Se pregunta el. Tal vez este amor solo pueda mantenerse con una ayuda sobrehumana... Tal vez tendrán que confiar uno en el otro sin...