Capítulo 30

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-Es que no podemos hacer esto doctor... (Dice Betty poco convencida)

- Sé que lo dice por Marcela, pero Betty si usted más que nadie sabe que yo no la amo y que esta relación es por compromiso.

- No es por eso doctor, en realidad es que no puedo entender que puede ver un hombre como usted en una mujer como yo... Mireme doctor, no soy como las modelos que le gustan a usted, no soy una 90-60-90 ni nada parecido.

- Betty para mí usted es divina pero fuera de eso, como alguien no va a ser capaz de enamorarse de usted.

- Es que realmente no es posible que usted se enamore de mí...

- Pero ¿Por qué? (Dice nervioso subiendo la voz) ¿Por qué? (Dice suavemente notando que le había gritado)

- Pues como le dije doctor, aparte yo conozco muy bien sus gustos doctor. Usted es de paladar fino a usted le gustan las mujeres 90-60-90, altas, bonitas, de clase y yo no le pegó a niuna de esas cosas doctor (dice nerviosa)

- Ay betty, Betty a mí me encanta esa energía que siento cuando estamos juntos, me encanta también esa forma que tiene usted para hacer las cosas así tan decidída, me encantan sus ojitos, la mirada que pone cuando se siente orgullosa de lo que hace, me encanta su inteligencia, me encanta su ternura también, Betty es que usted no se da cuenta que es como un angelito para mí. Es que yo creo que cualquier hombre se daría cuenta ¿No le parece?

- No, definitivamente no doctor.

- Entonces no sé que está pasando conmigo porque, no dejo de pensarla, de soñar con usted, de querer pasar todo el tiempo a su lado. Que siento la necesidad de acariciarla, besarla y tenerla a mi lado siempre (se acerca y la besa)

- Ay doctor me cuesta tanto creer que usted sienta eso por mí, jamás pensé que me iba a pasar esto.

- Betty usted tiene que entender que no todo es el físico, porque sé que eso es lo que más le acompleja a usted y yo ya le he dicho que usted es muy linda, sólo tiene que aprender a sacarse partido, pero fuera de eso acaso ¿No siente la energía que tenemos cuando estamos juntos?

- Si doctor (dice sonrojándose)

-¿Usted no siente lo mismo por mí? (Dice Armando acariciándole el rostro)

- Ay doctor, si pero...

-Sin peros Beatríz, vivamos esto juntos.

- Está bien doctor, yo si quiero estar con usted (le dice con voz tierna)

- Usted siempre tan divina Betty (le da un abrazo tierno) Venga para acá sigamos disfrutando de este hermoso picnic que le prepare con mucho cariño.

[Comienzan a comer las cosas que Armando había llevado, se dedican a contemplar el paisaje. Había un silencio relajante]

- ¿Sabe Betty? (Le dice contemplandola, mientras ella está bebiendo su juguito de mora)

- Nunca había sentido lo que siento por usted con nadie más y lo que siento con usted. Es que no sabe cuánta paz me da el tenerla a mi lado, sé que no es lo que usted se merece...

-No se preocupe doctor, en verdad yo lo entiendo.

- No si yo sé que me entiende Betty, pero realmente me gustaría entregarle todo mi cariño y ver qué pasa con nosotros más adelante.

- Yo sabré esperar doctor y ahora no hablemos de eso y aprovechemos todo esto que está tan delicioso. No me diga que todo esto ¿Lo hizo usted doctor?

- Ya le dije Betty si desde que hicimos esos panqueques me convertí en todo un chef (dice egocéntrico)

(Betty ríe) Bueno si, pero lamento informarle que los sandwiches le quedaron con mucha sal (ríe)

- Oiga pero si tenía que hecharle sal al tomate, no pensé que fuera tanto. A ver voy a probar (le da un mordisco al pan de Betty)

- Ese es mi sándwich doctor (Betty ríe)

- Oh si creo que me pase (dice arrugando la cara) Sabía que en uno había quedado salado pero no pensé que justo el que iba a comer usted. Preste para acá (se lo quita de las manos)

- Dejemelo si igual está pasable (dice con voz burlesca)

- Deje de reírse de mi Betty, sino va a ver las consecuencias.

- ¿Cuáles consecuencias doctor Mendoza?(pregunta insinuante)

- Creo recordar que alguien odia las cosquillas (dice Armando juguetón, tratando de tomarla en sus brazos)

- Nooo doctor, sólo si me atrapa. Acá tengo más espacio para arrancar de usted (se para y corre por el parque)

- Que tramposa que es, venga para acá (dice levantándose) veo que a usted le gusta arrancar de mí.

- ¡Betty! Venga para acá deje de arrancar.

- ¿Acaso no puede alcanzarme doctor Mendoza?

- Oh, creo que me doble el pie (empieza a cojear y se sienta en el piso)

(Betty se acerca preocupada) ¿Está bien Don Armando? (Se agacha a revisar su pie)

- Jaaa la atrapé (la toma de la cintura y la sienta en sus piernas) Venga y deme un beso prometo que no le haré cosquillas (dice como un niño mimado)

- Que tramposo que es, yo me había preocupado por usted (dice fingiendo estar molesta)

-Ay no se enoje Betty si solo fue una bromita (dice cariñoso) venga y deme un beso.

(Betty se acerca, lo rodea con los brazos el cuello y lo besa) Gracias.

- ¿Porque mi Betty? (Dice con la frente apoyada en la de ella)

- Por todo esto, nadie había hecho esto por mí y sólo lo veía posible en un sueño.

- Ya le he dicho que usted se merece mucho más, esto no es nada Betty (la abraza)

- Gracias a usted por mostrarme otra forma de ver la vida. Ahora cuénteme de usted quiero conocerla mucho más.

- ¿De mí? (Dice Betty)

- Si o acaso usted ve a alguien más acá (dice buscando por todos lados) porque yo no.

- Hay muchas gente en el parque (dice en tono de broma) pudo haber pasado justo a una de esas mujeres que le gustan a usted (dice en broma)

- Ninguna como usted mi Betty. Nadie que me despierte lo que usted me despierta a mí.

- Era una broma doctor (dice sonrojándose por las palabras de Armando)


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