Capítulo 29

833 89 116
                                    

Betty había escuchado todo y se sentía muy mal, es que no entendía porque ella la despreciaba tanto desde que le conoció. No le interesaba llevarse bien ni mucho menos ser su amiga pero, el hecho de escuchar frecuentemente que la trataban como un objeto y no podían verle como una persona le dolía mucho.

A veces sentía que debería estar acostumbrada a eso, llevaba toda su vida escuchando los mismos comentarios de todo el mundo pero no podía y le daba rabia con ella misma por no ser capaz de defenderse o simplemente hacer que no les afectará.

[Betty estaba tan enfrascada en sus pensamientos que no noto cuando Armando había entrado a su oficina]

- ¡Betty! (Dice Armando) ¿Está bien?

[Él notaba en su cara y ojos tristeza, no le gustaba que se sintiera así. Sólo esperaba que no fuera por lo que dijo Marcela, que le haya escuchado]

-Ay perdón doctor, honestamente no (dice con un tono de tristeza)

- Venga, no me gusta verla así ve que yo me pongo peor(la abraza)

- No sé preocupe doctor (dice acomodandose en su pecho, él no se daba cuenta lo que su abrazo le causaba a ella)

- ¿Necesita hablar? ¿Algo que dije? ¿Algún problema en casa? (Dice preocupado)

- No sé preocupe doctor de verdad (le dice nuevamente, no quería arruinar la tarde tan maravillosa que les venía)

- Betty cuando le pregunto es porque realmente me interesa saber cómo está, vine a buscarla para que vayamos a nuestro picnic (dice lo último en voz bajita y cerca de ella) si es que aún tiene ánimos.

- Si Don Armando, estoy lista (le sonríe)

- Y me va a contar que le pasa pero cuando estemos solitos, venga vamos (la toma de la cintura)

- Espere doctor me cambio a los pantalones y vamos (dice tomando su bolso)

- Verdad, yo no traje nada. Sabía que olvidaba algo.

- Pero doctor, está es una empresa de moda algo debe haber como para usted (Betty ríe)

- Veré si encuentro algo mientras usted se cambia.

[Al rato]

- Betty está lista (dice golpeando la puerta del baño de presidencia)

- Si Doctor ya salgo ¿Usted encontró algo? (Pregunta abriendo la puerta)

- Si, Betty está divinaaaa.

- Ay doctor que cosas dice, usted se ve muy bien (se sonroja)

- Vamos mi picarona ( le golpea el mentón despacito)

[ Se dirigen al auto y realizan el trayecto hacia el parque]

-----------------------

-Venga Betty (Armando se estaciona) necesito que se saque los lentes y déjeme que le tape los ojos. Quiero que sea un sorpresa para usted (le dice emocionado)

- Está bien doctor (dice tímidamente y se sonroja. Armando le coloca una venda alrededor de los ojos y comienza a manejar)

- Estamos cerca ¿cierto Don Armando?

-Si Betty no se preocupe, estamos llegando (dice feliz)

[Llegan a un parque perfecto para la ocasión. El parque Timiza, deja a Betty esperando en el auto. Se acomoda a la orilla del lago, había escogido ese lugar porque sentía que era ideal para Betty]

-¡Doctooor! (Dice preocupada por el tiempo de espera y un poco ansiosa)

- Ya voy Betty, está casi listo (dice terminando de acomodar las cosas)

- Está bien (ríe) Perdón estoy ansiosa.

[Armando terminaba de arreglar todo, él se sorprendía de si mismo al hacer todo esto por Beatríz. Jamás había Sido así con Marcela, ni con algunas de sus novias de adolescencia. Sabía que sentía algo por Betty, no por nada se había declarado pero era un sentimiento diferente a los que había experimentado]

-Betty (se acerca a ella) venga conmigo (le dice tomándola de los hombros)

-¿Me puedo sacar la venda ya?

- No, confíe en mí. Yo la voy a dirigir hasta el sitio.

-Esta bien Don Armando.

-No lo diga como si le diera una orden (dice aproblemado)

- Cómo usted diga doctor (le sonríe)

- Pero Betty (Armando sentía que esa mujer a veces le ponía los nervios de punta, pero no podía molestarse con ella. Era tan dulce)

- Ya llegamos, puede sacarse las vendas.

- Aaay doctor, está muy divino todo (se tapa la boca del asombro) en serio, el lugar es bello (le sonríe)

- Que bueno que le gustó Betty, jamás había hecho esto y no sabía si me iba a quedar como esperaba y espere le tengo otra sorpresa.

- ¿Maaaas? (Dice Betty feliz)

- Bueno no es mucho, pero créame que hice el intento que me quedaran bien. Se encuentra en la canasta.

[Betty abre el canasto]

- Doctor son panqueques (ríe)

- Los hice yo, así que no se ría de mi si no quedaron ricos (dice Armando) hice lo que pude y no alcance a probarlos.

-Venga pruebelos conmigo, deben estar deliciosos (toma uno y se lo acerca para que le de un mordisco)

- No me quedaron nada mal eh, soy un excelente cocinero (dice Armando orgulloso)

- Que egocéntrico doctor Mendoza (ríe) pero si ahora podría dedicarse mejor a la cocina, es un excelente chef.

- Creo que lo pensaré (ríe) y ahora Betty me va a contar ¿porqué tan triste está tarde? (Le dice preocupado)

-No es nada importante en serio doctor.

- Para mi lo es, si algo borra su sonrisa es porque es importante. Puede confíar en mí.

- Está bien doctor, usted sabe que todos siempre se burlan de mí (dice apenada) y bueno escuché a doña Marcela diciéndole cosas horribles de mí. Osea yo sé que me he ganado su odio pero me apena que me vean como una cosa y no como una mujer.

- Lo siento, en serio Betty. Yo le he dicho que no diga esas cosas de usted, no me gusta cuando se burla. De verdad me da mucha rabia (dice medio molesto)

-Igual estoy acostumbrada toda la vida ha sido así, lo fea jamás se me quitará así que uno se acostumbra (ríe)

- No me gusta que se burle de usted, ya le he dicho que no es fea. Acaso¿Nunca se ha visto bien al espejo?

- No es necesario doctor, como dice Nicolás el espejo se asusta cada vez que me ve (ríe)

- Su amigo Nicolás no debería decirle esas cosas, venga acérquese (Betty se sienta a su lado)

- Son bromas que nos hacemos doctor (ríe) ¿que paso?

- De verdad, quiero que se vea como yo la veo. Sus ojos oscuros y grandes siempre tan brillantes, tan lindos. Esa nariz redondita y chiquita que se le ve muy tierna bajo sus lentes. Tus labios (le toca los labios con sus dedos) son apetecibles [se acerca y le roba un beso el cuál le es correspondido por Betty]

- Doctor.

- No diga nada Betty de verdad que me moría por besarla. Usted no se imagina lo mucho que la pienso y lo feliz que me hace estar con usted.

Comenzar otra vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora