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Aleksander desabrocho su cinturón para después hacer lo mismo con el mío, me ayudó a bajar del auto, abrí la puerta para ir a mi habitación por mis cosas, tomé toda la ropa metiéndola en dos maletas rosas, mi maquillaje y otras cosas, al verme Ale...

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Aleksander desabrocho su cinturón para después hacer lo mismo con el mío, me ayudó a bajar del auto, abrí la puerta para ir a mi habitación por mis cosas, tomé toda la ropa metiéndola en dos maletas rosas, mi maquillaje y otras cosas, al verme Aleksander negó con la cabeza.

—¿Porqué traes ropa para más de un año si solo vamos a estar casados 5 meses?.

—Para una mujer nunca es suficiente ropa— Sonriendo — ahora ayúdame con estas maletas— entregándole las maletas.

—Como diga capitana— Haciendo un saludo militar.

—Deja de hacer idioteces y ayúdame— Entregándole las maletas.

Al salir de la casa, me quedé viendo por un tiempo la que fue mi casa por tres años, en la cual tuve borracheras con Gisel y Artemis, Aleksander llegó a mi lado para tomarme de los hombros.

—Tranquila, solo van a ser cinco meses— En tono relajado— después vas a regresar aquí, a Siclia o a donde quieras y haremos como si esto nunca hubiera pasado.

—Lo sé, pero aquí, pasaron muchas cosas— Sonriendo con nostalgia.

—Lo sé, ziemlich, vamos a empezar otra etapa juntos— Sonriendo.

«bonita»

—¿ziemlich?— Curiosa— creo que te afecto ir a Maldivas.

No dijo otra cosa, avanzó a su auto a subir las cosas y abrir mi puerta, me quede dormida, Aleksander me despertó avisando que habíamos llegado no recuerdo que tanto tiempo fue el recorrido pero supuse que fue una hora aproximadamente.

Miro la enorme casa que tengo enfrente de mi, es hermosa y moderna, oprimió un botón en un control remoto para abrir el portón e ingresar, la casa era de tres pisos en total, en el alrededor de la casa se encontraban más de cincuenta guardias de seguridad, en las escaleras estaban cuatro personas en cada una de ellas, al estacionar el auto, un señor como de unos cincuenta años, me abrió la puerta para después ayudarme a bajar.

—Bienvenida, señora Müller— Sonriendo con orgullo— me llamo Joseph Winifred Anders, pero dígame Anders, soy el mayordomo de esta casa.

—No me digas señora, llámame Savannah—Sonriendo.

—Como diga Señora Savannah— Sonriendo— le voy a presentar a nuestro personal, ella es el ama de llaves y nana del señor Müller— Señalando a una señora como de cuarenta años con el cabello castaño, sus ojos eran azulesy una sonrisa.

—Mucho gusto, señora, soy Aria Sharma— sonriendo, conozco a Anthony desde que era un bebé.

—Nana, ella es Savannah— Aleksander acercándose a nosotros— hagan que este sea un hogar para ella, confío en ti y en Anders para que así sea.

—No te preocupes querido— Aria acercándose a mi— eres más hermosa de lo que me dijeron— Mirando a Aleksander con una sonrisa.

Anders le dijo a una de las personas que ayudan a la limpieza que bajara mis maletas del auto, Aleksander pidió que trajeran mi Mercedes para después regresar a la empresa, mientras Aria me dio un recorrido por toda la casa, la cual es de dos pisos, contando la planta baja, en la planta de arriba la habitación que iba a ser mía tenía una hermosa vista.

—Se que están casados por un contrato pero lo que yo veo es un matrimonio joven que están enamorados el uno del otro, que necesita un empujoncito para que lo vean— Sonriendo— llegamos a tu habitación.

Abrió la puerta para dejarme entrar, la habitación es grande con un gran ventana que da una vista maravillosa ví a lo lejos otra puerta que supongo que es el baño, tengo un gran clóset y una televisión pegada a la pared, toda la habitación era azul, en las paredes habían dibujos de peonías blancas, en la parte de la cabecera de la cama tenía adornos dorados, el baño era de marmol, la cama era azul cielo tamaño King Size.

—¿Te gusta?— Sonriendo de manera dulce— Aleksander trabajo una semana junto a su diseñadora de interiores, quiso que te hiciera sentir en casa.

—¿Podría dejar un momento sola?, tengo que hacer una llamada— Devolviéndole el gesto.

—Claro querida, no me hables de usted, llámame nana o Marianne— Sonriendo.

—Gracias Aria.

Salí al balcón de mi habitación que tenía una hermosa vista al jardín, el cual solo tenía pasto, ya luego lo arreglaría, desde pequeña me han gustado las flores, especialmente las peonías, cuando salía con Damian no me daba flores, siempre decía que era un detalle estúpido, llame a Aleksander.

En la llamada

—Diga— Aleksander serio.

— Leíste la carpeta.

— La tenía que leer para conocer a mi esposa, así como tu la leíste o eso espero.

— Hay algo más que quiero decirte.

— Supongo que es por la habitación.

— Creí que en el contrato decía que íbamos a dormir en la misma habitación.

También dice que solo si se tiene tu consentimiento, pero las puertas de mi habitación siempre estarán abiertas para ti, tu auto llegará mañana.

—Gracias, ¿Te espero a cenar?

— No creo que me de tiempo de llegar, tengo mucho trabajo.

Fin de la llamada

Después de la llamada trajeron mis cosas, insistieron en ayudarme a acomodarlas, pero me negué, aunque me dijeron que Aleksander iba a regañarlas, les dije que no lo iba a hacer, las acomode en el clóset así como mis artículos personales al baño, entro Aria para informarme que la cena estaba lista, le dije que no tenía hambre, se fue dudando un poco.

Me dispuse a leer el nuevo libro que había llegado a la librería y se había vendido bien, El Perfume del Rey de Karine Bernal, recién voy empezando a leerlo, pero me atrapo desde la primera página, fui al baño a lavar mi cara y cepillar mis dientes, hice una coleta alta para ir a mi clóset y ponerme una camiseta corta y un short para dormir azul cielo lleno de flores.

Me coloque a un lado de la cama, no sin antes ver mi celular y confirmar que no tenía llamadas, me senté en mi lado de la cama para sentarme en la cama y leer un poco, dos horas después comenzó a darme sueño, así que me acosté de lado, colocando la almohada debajo de mi brazo y dejarme caer en los brazos de Hades.

Me coloque a un lado de la cama, no sin antes ver mi celular y confirmar que no tenía llamadas, me senté en mi lado de la cama para sentarme en la cama y leer un poco, dos horas después comenzó a darme sueño, así que me acosté de lado, colocando l...

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Levanten la mano quienes querían leer las carpetas de ambos

Confirmo que ya amamos a Aria y a Alfred

Disfruten

Besos, The Queen

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