No e hablado con Savannah desde el campamento, en el cual esa maldita arpía me intoxico con unas moras silvestres, estuvo conmigo día y noche, no se movía, aunque mis hermanos le decían que no era necesario, ella decía que era mi esposa y que me tenía que cuidar, aún necesito procesar todo.
No paraba de repetir la imagen de la arpía que tenía por esposa, bailando desnuda, me provoca reír entre otras cosas; no podía borrar mi sonrisa al recordar aquella escena del Mamut Chiquitito, es como cuando estás feliz y no puedes ocultarlo, nada puede borrarte la sonrisa de la cara, jamás me imaginé que vería algo tan infantil.
Tampoco lograba sacar la imagen perfecta de su cuerpo desnudo, la perfecta simetría que hay entre cada parte de ella y sus curvas hacen que su cuerpo se vea como si hubiese sido susurrado por Peitho y Afrodita juntas.
Savannah es de esas chicas que no van por la vida mostrando su cuerpo, pero cuando lo muestra, parece una jodida obra de arte, pero eso se va al carajo al ver el carácter de mierda que tiene y lo tosca que es, quiero sacar su imagen de mi cabeza pero no, no lo quiero ni puedo lograrlo.
Joder, maldita arpía sal de mi mente.
—¿Señor Müller? ¿Puede darnos su opinión?— Todos en la mesa me miran expectantes, había perdido la noción, estábamos en una junta sobre un nuevo hotel y mi mente al parecer no estaba en mi cuerpo.
—Eh si ¿Me lo repiten una vez más? Por favor— Negaron, mirándome disgustados, pues esta junta era importante y ya teníamos horas.
Quedé como imbécil, sólo quería ver a Savannah en casa y su reacción al verme.
Me fui a mi oficina, tome un vaso para servirme whiskey, entró mi mejor amigo Simón Garber.
—¿Cómo es eso de que te casate y no me contaste nada?— Mirándome con reproche.
—Hace una semana y media con Savannah Armani Kovaleva— Sonreí recordando lo sucedido esta mañana.
—Vaya, quien lo diría— Sonriendo— espero poder conocerla algún día, esto merece un brindis, vayamos por unos tragos esta noche si tu mujer te da permiso.
—No necesito pedir permiso para salir.
Acepte ir por unos tragos, al llegar al lugar nos dejaron entrar sin hacer fila, pedimos una botella de whiskey escocés, después de unos minutos llegaron a nuestra mesa dos mujeres, una rubia y otra castaña, la rubia se sentó en mis piernas y la castaña en las de mi amigo quien la recibió con una sonrisa, mientras que yo solamente podía pensar en Savannah.
—¿Cómo te llamas guapo?— Rodeando mi cuello con sus brazos.
—Anthonny— Coqueto.
—Sabrina— Coqueta.
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Her Books His Billions [+18] 📚💎 1° Libro Biología Billions
RomanceEl, un despiadado magnate billonario, con una reputación que deja mucho por desear, su nombre grita problemas, cree que el amor no existe y que es una mierda que sólo te debilita, pertenece al igual que ella a las familias más poderosas y conocidas...