Capítulo 49: Carla

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Valerie

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Valerie.

La enfermera Wang me observaba con... ¿preocupación?, como si acabase de divisar un incendio forestal siendo propagado a la distancia, sin poder alcanzar a detener las llamas que alcanzaban los puntos más altos de la despectiva colina. Era extraño sentir su mirar clavado en el mío, en mi sangrar invisible que solamente ella creía ver.

La jefa de enfermeras anotó algo en su cuaderno, y por su expresión, noté que era algo que denotaba preocupación.

—¿Una mariposa gigante? —expresó crédula y firme.

—Sí. Del tamaño de un perro mediano aproximadamente.

Volvió a anotar. Ella podía anotar cualquier cosa que era pronunciada por mi boca. Eso demostraba interés hacia mí.

—¿Alguien más sabía de Betty y su existencia?

—No.

—¿Ni siquiera tu concubino?

Meneé la cabeza con ligera gracia, observando al suelo mientras Wang mantenía su mirada en mis expresiones.

—¿Por qué no le dijiste?

—Todo el mundo merece su privacidad, ¿no cree, enfermera? —Su mirada llegó a suavizarse tras la pregunta. En esta, me expresó cómo se relajó por un instante de la seriedad que le prestaba a mi caso. Era extraño ver a alguien —aparte de Avan, pero él no estaba conmigo— demostrar tanto interés.

—Entiendo. Pero, ¿por qué decidiste contármelo a nosotras? —Cuando mencionó a las demás pacientes, observé cómo estas me miraban igual con detalle, especialmente Anne Katherine.

—Me arrepiento un poco de eso; pero, yo tengo la esperanza de poder curarme.

Wang asintió, anotando algo en su cuaderno.

—¿Es la primera vez que aparecen ese tipo de personas en tu vida? —Por un instante, pasó por mi cabeza la idea de contarle mi situación aún no arreglada con la sombra melancólica que apareció en las esquinas del hospital. Que sentía su aura atravesar mi corazón y llegaba a calmarme con ligereza de la tensión y ansiedad que era vivir encerrada en un hospital psiquiátrico. Wang me carcomía con su mirada; ella me pedía más y me decía que debía soltarme a través de esta. Sin embargo, sentí que no era el momento adecuado para expresar mi augurio al sentir la ausencia de esa perturbada alma. Pues, sentía que debía ayudarla de alguna forma.

—Sí. Fue la primera vez.

—Una cosa más antes de pasar con otra muchacha: ¿mantuviste contacto con algún familiar tuyo aparte de tu hermana? —preguntó.

—Me tomaron como muerta. Ni mi mamá, ni mi papá, ni Luke ha vuelto a hablarme. Me alegra que haya sido así.

—¿Por qué?

Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora