Capítulo 15: La Otra Valerie.

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Valerie

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Valerie.

Estaba nerviosa. El bar estaba lleno de gente a la cuál me interesan demasiado su opinión, no sabía por qué.

—¿Qué vamos a tocar? —me preguntó Charlie, mirándome a los ojos fijamente.

  No tenía idea de qué podríamos tocar. Muchos títulos se me pasaron por la mente, los cuáles siempre quise cantar o ya canté en otro escenario.
Le comencé a nombrar los nombres que tenía en mente a Charlie, y acertamos en una canción. Esta canción nunca la canté en público, pero cantar rock también era una de mis especialidades. Obviamente no cantaba como la misma Janis Joplin, con su voz desquebrajada y llena de sentimientos totalmente distintos pero compartían una voz. No cantaba con ira y enervo, como tampoco cantaba con melancolía y pasión. Pero mi manera de cantar era distinta. No me movía en el escenario, sólo movía la boca, esperando a mi voz pueda con tanga responsabilidad.
 
  Al nos preguntó si ya estábamos preparados. Yo no dije nada, estaba temerosa y totalmente inmersa en mis pensamientos. Fue Charlie quien asintió por ambos.

  El barman subió al pequeño pero imponente escenario para anunciar el nuevo número de música, y que será durante un buen tiempo. Finalmente anunció nuestros nombres.
Mis manos se movían descontroladamente, temblorosas y llenas de transpiración.

—¿Es tu primera vez? —me preguntó el chico al ver mis expresiones de nervios.

—No —le respondí con el mismo nerviosismo.

  Subimos al escenario. Mis piernas temblaban como un animal recién nacido que da sus primeros pasos. Al pensar esto, recordé a Bambi.

  Charile me movió la cabeza, esperando a que yo hiciera lo mismo respondiendo a su gesto. Y lo hice.

El chico comenzó a tocar con su bajo las notas de lo que originalmente sería un piano. Las notas de «Bring Me To Life» de Evanescence, junto con la mítica Amy Lee.

«How can you see into my eyes, like open doors?»canté, y según mi oído, canté de forma relajada y tranquila, pero sentí mi voz un poco rota. Será por el nerviosismo o por la emoción. Yo qué sé.

  La gente comenzó a mirar, lo que Al supuestamente prometió ser un espectáculo sin igual, pero siento que lo decepcioné. Pero Charlie me miró, una mirada satisfecha, y luego miré a Avan, y logré entender lo que me dijo moviendo sus labios: «Tú puedes hacerlo».

  La voz que emanaba de mi garganta no era a la que estaba acostumbrada. Sentí que la emoción de la canción, y el simple hecho de que Avan estaba a mi frente, mirando atentamente mi espectáculo.

Los ojos de Avan estaban puestos en mí. Radiantes. Hermosos.
  Mi voz se había superado a sí misma, alcanzando niveles que ni yo misma conocía. Me sentí fuerte, decidida, y llena de convicción.
A la gente le comenzó a gustar, y me sentí verdaderamente cómoda frente a aquel público. Era simplemente hermoso e inusual.
  La gente comenzó a cantar conmigo con brío y alegría. Era probablemente un público de 50 personas, o incluso más. Era poco, pero suficiente para mí. Nunca le dije a Avan que en mis anteriores presentaciones solo se presentaron entre 10 a 30 personas. Pero 50, era fenomenal.

Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora