Valerie.
—¡Estábamos jugando cartas, Wang! —exclamé con entusiasmo y alegría. Wang me escuchaba con atención. Sonreí y mis mejillas se sonrojaron. Me sentía exhausta, pero quería demostrar a Wang que era capaz, que quería avanzar—. Anne Katherine acababa de salir de la sala de intravenosas. Ella estaba muy mal. —Empecé a perder las imágenes en mi cabeza, lentamente, empezaban a disolverse en el blanco anterior. Sin embargo, me esforcé; no sé cómo, solo me previsualicé en el escenario de la noche anterior; acostada en mi cama, observando a Anne Katherine desmoronada y traumatizada mientras me ignoraba y los recuerdos comenzaron a fluir—. Así que, intenté reanimarla o al menos distraerla un poco.
—Era tarde. Era su hora de dormir. ¿por qué no dejaste que se durmiera y la distraías al día siguiente? —juzgó Wang con sus palabras y su mirada.
—No se me ocurrió esperar. Quería animarla ese mismo instante.
—Hubiera sido mejor haber esperado, ¿no?
—Creo que sí, Wang —dije después de suspirar—. El punto es que, le ofrecí jugar cartas. Loba. Fui a traer el mazo de cartas cuando Claudia se fue y Bruce entró al baño. Sandra también jugó con nosotras.
—¿Qué más? —pidió Wang.
—Mmm.... Anne... Anne Katherine dijo que quería hacer las cosas más picantes... —Comprendí lo complicada que era la situación y en los problemas que envolvería a Anne Katherine. Wang haría que Anne Katherine no volviera a traer droga dentro del hospital. Afectaría sus visitas y también las nuestras, convirtiéndolas en algo más limitado y mucho menos privado. Sin embargo, ya era demasiado tarde para retractarse.
—Valerie, no pares —espetó la jefa de enfermeras—. ¿A qué se refería Anne Katherine?
Di un largo suspiro, preparándome para delatar a una de las pocas personas que me ofreció la mano durante esta estancia y trauma que implicaba vivir dentro del hospital psiquiátrico Isobel. Preparé mis palabras, y le dije a Wang:
—Droga.
Wang apartó la mirada. Lanzó una pequeña sonrisa llena de ironía en su rostro, y volvió a dirigirme la mirada.
—Anne Katherine nunca aprende, al parecer. —En su mirada, se notaba la decepción y frustración. Saber que todas las maneras de cuidado que has adquirido han sido inservibles y banales, en cierto punto, se consume y te confunde: "¿Qué hice mal? Si lo he intentado...".
—Lleva años aquí. Casi media década lleva aquí. Sin embargo, no muestra mejoría. Una época, comienza a mejorar; empieza a comer y a consumir sus respectivos medicamentos. Pero, después, vuelve a recaer. Vuelve a vomitar hasta de lo que tomaba agua.
—¿Pero por qué? —pregunté. La curiosidad que me carcomía los pensamientos respecto a Anne Katherine. ¿Qué fue el trauma que la dejó perpleja mentalmente de por vida? ¿Cuál era esa necesidad de permanecer bajo los 35 kilos? ¿Qué se escondía detrás de esa tristeza y frustración mezclada con ira al momento de subirse a la balanza?
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Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024
Romance«Avan no podrá ver los demonios que creó en la cabeza de Valerie». Ella es una alcohólica. Él es un adicto. Valerie y Avan. Dos almas tormentosas, llenas de fastidios y rencores creados por ellos mismos y sus adicciones. Pero, gracias a s...