Capítulo 26: Algo Inesperado (Que Surgió De La Nada).

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Valerie

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Valerie.

Era simplemente una maravilla. Estar en ese lugar, en el momento exacto, con los sentimientos esparcidos, los ojos puestos totalmente en el escenario, esperando a que ella aparezca después de su breve descanso.
  No podía esperar. Mis extremidades comenzaron a temblar, no podían quedarse quietas. Una sensación recorrió por todo mi cuerpo: La piel de gallina brotó de la piel, junto con escalofríos por todo mi cuerpo, obligando a que dé una leve sacudida.
  Todo el mundo que estaba a mi rededor andaba, prácticamente, semi-desnudos. Algunas mujeres andaban con solera y shorts como yo, pero otras chicas estaban simplemente en sostén. No es por ser amargada, pero ver tantas mujeres así, con los senos al aire, me hace sentir algo incómoda; peor de las que estaban solamente con ropa interior.
   No es que sienta vergüenza de mi cuerpo, para nada, pero siento que sólo puedo exhibirme en los momentos adecuados con la gente adecuada. Prefiero lucir un bikini en una piscina con amigos o familiares, con gente que realmente me conoce tal como soy, sin la necesidad de verme absolutamente todo para saber cómo soy, no en frente de extraños.
   Tomada de la mano con Avan —le apretaba bastante fuerte, tenía miedo de perderme en medio de tanta gente y no poder ser rescatada jamás—, nuestras miradas chocaron al igual que nuestros cuerpos debido a que la muchedumbre nos empujaba una y otra vez.
 
—En serio, muchas gracias por traerme —le dije, mirando directamente al café de sus ojos, y él mirando al plomo de los míos, pero no por cariño:

—¿Qué? —gritó en medio del bullicio. Olvidé que estábamos en un concierto y gritar es indispensable.

—¡Que, en serio, muchas gracias por traerme! —repetí, gritando con mi voz bastante sonora.

—¡Ah! —respondió con una sonrisa—. ¡Me alegro que te alegres!
 
  No pude escuchar las últimas palabras dichas por Avan, ya que la multitud que nos rodeaba comenzó a gritar con estrépito, agitando y sacudiendo las manos y saltando arriba y abajo.
   Ya estaba de pie, frente a nosotros, dejando de hacer sus cosas con el resto de su equipo en el escenario.
Ya era un poco más tarde. El sol ya estaba casi completamente oculto bajo las montañas y la luna lista para dejar que su luz artificial sea vista e ilumine el hermoso momento que, obviamente, sea día o noche, tenía que continuar.
  Me había perdido un buen fragmento de su número —casi tres canciones—. Pero lo que importaba es que ya estaba presente, preparada para llorar o gritar de la emoción, más probable la primera opción.
  Nunca creí que tendría la oportunidad de poder ver un vivo de ella y sentirlo en carne y hueso, sentir las vibraciones que transite su música en el momento preciso, sin interfaces o alteraciones en su voz. Sería como una cita entre ella y yo.
   ¡Maldita sea! No es exactamente lo que creía que ocurriría en mis sueños. Pero no me disgustó lo que pude obtener, para nada.
  Amy estaba demacrada y escuálida, y aunque bailaba y se movía con júbilo, estaba segura que no era por su alegría innata, sino producto de algo secundario. Probablemente estaba drogada o ebria.
  Sus movimientos extraños y tambaleantes de sus piernas —mas ya son característicos de ella—. Su peinado tenía más objetos pegados de lo que recordaba.
  Amy comenzó a hablar pero no pude comprender lo que había dicho: el griterío de la multitud era muy fuertes, y la melodía de fondo indicando que Back to Black estaba a punto de comenzar.
  Apenas comencé a escuchar su voz, me sentí muy contenta, tan feliz de escucharla, pero al mismo tiempo, me sentí tan apenada de escucharla en tan mal estado.
  Comenzó con la voz prácticamente rota, resquebrajada y totalmente descuidada. Era muy penoso. Ella canta hermoso, y escucharla cantar en ese estado me rompía el corazón.
  Su voz estaba afinada, sí, pero no todo el tiempo, y se cortaba demasiado. No sé, me pone triste verla en tal estado.
   Sin embargo, al mismo tiempo fue mágico. Una exótica y extraña mezcla de sensaciones y sentimientos encontrados en el concierto que hacían que llore, pero por dos motivos: De la felicidad de estar donde estaba, y por ella. No sabía que una sensación podía ser tan fuerte, hermosa y confusa al mismo tiempo. Me sentía impactada por su estado, pero también la sensación de pisar ese escenario y cumplir mi sueño era hermoso, mas estaba confundida por cómo estaban actuando las dos anteriores cosas al unísono.
  Mencionaba muchas veces a Blake, su ex-esposo, que le ha roto el corazón y siguió su camino, mientras ella destruyó el suyo.
  Y aun así, lo ama.
Me pregunto si Avan llega a ser así en algún momento conmigo, y también ne pregunté si yo seguiría tan aferrada a él ignorando los hechos que me hizo. No creo. ¿O sí? Ni idea.
  A pesar de escuchar a Winehouse así, amé con todo mi corazón el concierto.
   Estar ahí es mucho más mágico que verlo en televisión. Tener la fortuna de ver en persona a una ídola, y sentir que te está cantando directamente a ti, y que te está dedicando cada canción cantada, con un aire impresionante y lleno de luces cegadoras y resplandecientes.
   Ella continuó con su espectáculo. Aunque en partes ella cantaba de forma desgastada, en otros momentos cantaba con demasiado sentimiento, como si sintiese la canción y pareciese que la estaba desgarrando lentamente, en un ambiente lleno de dolor causado por una mala relación.
   En Some Unholy War tenía la guitarra eléctrica sostenida, con su nombre grabado en ella, pero sólo estaba ahí de adorno. Me dijeron que tocó un poco en Cupid, pero en esta ocasión, la agarraba, la soltaba. Tocó un poco. La volvía a agarrar, y la volvía a soltar.
  Pero lo que se llevó la cereza del pastel, la gota que rebalsó el vaso de agua, fue en Rehab.
  Ella estaba emocionada, activa e inquieta, e incluso excitada.
  Amy quiso salir del escenario principal, y entre bailes y las notas de su canción, comenzó a bajar del escenario pirámide.
El público estaba más alborotado. La gente gritaba y estaba muy inquieta, mucho más que yo, pero a un nivel que llegaba a los límites de ser salvaje e incluso molesto, que incluso le molestó a ella.
  Cuando estaba frente a su audiencia, en el enfoque de las cámaras de las personas de la primera fila, queriendo tocarla y hablarle o gritarle, y uno logró hacerlo.
  Una persona —ni idea si era hombre o mujer— le agarró la colmena de su cabello —tampoco tenía la certeza si era eso lo que había ocurrido—. Y ella se molestó.
  Lamentablemente, fue lo más memorable de su espectáculo de una hora de duración.
  Amy estaba caminando bastante cerca de la audiencia mientras cantaba la canción, y de pronto, pareció que algo la jaló con algo de brusquedad, obligando a que retroceda un poco, y entre todas esas manos que ocultaban a la que le jaló, comenzó a golpear con su codo a ese lugar.
  Estoy segura que entre todos esos golpes bruscos, entre sonidos guturales de esfuerzo e ira, ha golpeado a más de una persona inocente. Sin embargo, el show debía continuar. Mientras golpeaba bruscamente a esa persona desconocida, seguía cantando. Aunque el espectáculo en sí no fue de tan buena calidad —yo diría que faltó un 15% de calidad, o sea, en total sí tuvo un 85% de calidad, que sigue siendo un buen número—, el profesionalismo no faltó en ese momento. A pesar de estar ebria, y de recibir molestas acciones de un fanático, se mantuvo, y continuó cantando y seguía siendo un espectáculo radiante.

Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora