Martes, 12 de Febrero del 2007.
La mañana despertó un poco caliente, pues el sol despertó con ganas de quemar pieles y derretir el gélido invierno. Valerie salió de su casa, esta vez mucho más casual: Llevaba puesto un jean de color celeste junto con un suéter de color púrpura. Un café (con una ligera alteración de ginebra).
La sesión estaba a veinte minutos, y Avan ya estaba en el juzgado desde las 10 de la mañana (la sesión comenzaba a las 11:20). Él se sentía algo sojuzgado y un poco bajoneado, pero tenía una idea, y depende a eso, tal vez se sentiría mejor. Valerie llegó algo agitada y un poco cansada, pues el metro la dejo a dos cuadras y prefirió llegar temprano a que justo.
Desde aquella noche que no hablaban. Desde esa noche entre bebidas tediosas que se convirtieron en un mal augurio, que predijo una noche desastrosa. Valerie se alejó a pensar. ¿Qué cosa? no se sabe. ¿Sobre qué? Tampoco se supo en aquel instante. Pues, Avan tuvo que esperar.
Valerie llegó con un leve dolor en ambos pies, un dolor de hinchazón provocado por los zapatos en tacón. Lindos zapatos pero dolorosos. Avan miró su molestia y se acercó.
—¿Estás bien? —preguntó el chico preocupado. Él llevaba un jean color negro y una sudadera ploma como el pelaje de una rata. Pues ambos no tenían ganas de lucir ese día.
—¿Cómo estás tú? —se apresuró en decir Valerie, recordando al instante aquella bochornosa noche, en la cual, había alcohol y mucho vómito—, pues, tú estabas peor en la última vez que te vi.
En el rostro de Avan, claramente, se pudo reconocer la vergüenza e incomodidad: su piel se tornó pálida, y sus ojos se profundizaron en un agujero de recuerdos afrentosos.
—Hablando de eso —comenzó a hablar Avan, jugando con sus dedos— no tuve oportunidad de volver a hablarte ya que...
—Estabas muy ocupado bebiendo o drogándote, ¿no es así? —interrumpió de pronto ella, brusca y dura. Él se quedó atontado, pues no sabía que decir, pues eso en cierta parte es cierto. Para Avan, la mayoría de las anteriores noches, fueron "alocadas" noches.
—Pues, tu cuerpo tampoco está limpio —susurró Avan para sus adentros, pero Valerie alcanzó a escucharlo.
—¿Perdón?
—No iba a decir eso, lo siento... —negó, solemne pero firme—, tuve muchas cosas en mente, y mi padre me llamó desde Alemania, pues él está con algunos problemas.
—Ah —murmuró desinteresada Valerie, pues, ¿Cuáles eran las probabilidades de que sea cierto? Ninguna. Así que, fue difícil de creer—. Ya va a iniciar.
Ambos se sentaron a esperar que algún guardia mencionare sus nombres. Hasta mientras, no se dirigieron la mirada y mucho menos la palabra. Solo, se perdieron en el vacío inocuo del silencio que ambos no pudieron romper en ningún solo instante. Ella no se sentía a gusto con Avan. Y él tenía ganas de hablar con Valerie. Reír con Valerie, emborracharse con Valerie. Drogarse con Valerie.
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Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024
Romance«Avan no podrá ver los demonios que creó en la cabeza de Valerie». Ella es una alcohólica. Él es un adicto. Valerie y Avan. Dos almas tormentosas, llenas de fastidios y rencores creados por ellos mismos y sus adicciones. Pero, gracias a s...