Capítulo 25: El Primer Mes. Parte III: Secuestro A Glastonbury.

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Domingo, 28 de Junio del 2008

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Domingo, 28 de Junio del 2008.
16:10 P.M

La pareja yacía —nuevamente— acostada en el pasto. Valerie agarraba con fuerza el presente, pensando que si lo soltaba podría ser fatal para ella. El viento y su brisa veraniega relajaba el cuerpo con una linda sensación de bien estar y tranquilidad. La música vibraba a través de los oídos de la espléndida pareja. Música jazz, soul y géneros musicales de todo tipo estuvieron presentes en ese momento y memorias de ambos. 

  Avan parecía dormido, con los ojos cerrados y bastante tranquilo. Valerie, apoyada en su pecho, escuchando el suave latir del corazón del chico, comenzó a pensar en toda la fortuna que estaba sintiendo, mezclada con un millón de sentimientos especiales, provocando de leve manera el cliché de la sensación de mariposas abundando en su estomago. La chica, cuando estaba sola, a veces se sentía vacía, sin ganas e incluso deprimida, viendo todo color azul y sintiendo el aburrimiento apoderarse de su cuerpo. En cambio, cuando estaba con Avan, se sentía poderosa e imponente ante el mundo y sus habitantes; se sentía radiante y bastante activa, saltando y brincando por doquier y en todo el parque. Valerie estaba radiante, más radiante que las mismas estrellas adumbrando la dulce oscuridad de la gélida noche. 
   Avan se levantó de su falso sueño. Al parecer, no estaba durmiendo. Miró su muñeca donde traía puesto el nuevo reloj que Valerie le regaló, y exclamó en voz alta que ya era un poco tarde.
  El chico amó el reloj.
«Es elegante y casual al mismo tiempo —fueron sus palabras propias».
Abrazó a Valerie con afección, para luego ofrecer un beso.
  Le gustó demasiado el reloj, pero ni hablar de los vinilos.
  Cuando vio a Rihanna en la portada, lanzó un grito ahogado. Su boca se abrió como una puerta y un suspiro de exclamación que, después paralizó a Avan.

  Él comenzó a pararse un poco apresurado y comenzó a guardar las cosas a la canasta.

—¿Tarde de qué? —preguntó Valerie, sentándose sobre el pasto semi-húmedo.

—¿Traes ropa más casual, no? —no respondió a la pregunta.

—Sí... ¿Por? —agradeció a Dios que su sexto sentido le haya dicho a Valerie que llevase ropa extra mucho más casual que su vestido actual.

—Pues, aunque amo cómo te ves con ese vestido —halagó—, temo que tendrás que quitartelo.

  Valerie estaba más confundida que nunca. A Avan le encantaba dar sorpresas de primera mano.
  Se sentía muy emocionada por lo que Avan no le contó en ese instante. Ella ya lo conoce, y sabía que, si no le decía nada, era por una razón en específico: ¡Sorpresa!

  Valerie y Avan comenzaron a trotar para llegar al baño más cercano. Aunque, había un pequeño problema: ninguno de los dos sabía dónde estaba el baño.
  Avan tomaba con fuerza la mano de Valerie, como una película de acción y aventura, donde el protagonista y tiene de acompañante a una mujer y es perseguido y no tiene escapatoria. Pues, era prácticamente la misma sensación.

Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora