Capítulo 1: ¡Eso Es Mío!

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Viernes

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Viernes. 19 de Enero del 2007.

La noche era alegre y llena de color. Recién iniciaba el 2007.
El bar de la avenida Brickell siempre estaba abierto, y ese día no era excepción.
Dentro de un bar algo gótico pero lleno de entusiasmo y alegría, tocaba una banda bastante... "interesante".
Una banda de voz horrible y de mala gana, una copia barata de Queen, tratando de ser iguales a ellos sabiendo que nunca lo serían. Era como una mezcla de Queen y Janis Joplin: una voz bastante desafinada y ronca, no como la voz ronca de Janis. Y los espectadores, solamente estaban allí por la cerveza y el alcohol que el bar ofrecía.

Y así era todos los días: una mala banda. Un gran servicio de alcohol y drogas. Camareras con el peinado de colmena como lo tiene Amy Winehouse. Y más alcohol.

Como lo hacía habitualmente, Valerie fue como todos los días a ese bar y a escuchar lo pésimo que tocaba esa banda.
Una chica que tenía un futuro por delante, sueños, metas. Una carrera y una familia, todo eso era lo que anhelaba. Pero primero, quería diversión.

Cuando iba al bar, se sentía como una persona sin problemas de la vida, sin sus fuertes adicciones y costumbres de querer estar "volada".
Bailaba entre la gente y se perdía entre ellos, con la mente en alto y la conciencia descansando, y con el libido bastante activo.

—«Busca algo para romper» —se dijo a sí misma. Ebria.

—¡No! ¿Qué te sucede? —le respondió Valerie, y sin darse cuenta, las personas que estaban a su alrededor comenzaron a mirarla de forma extraña, como si estuviesen diciendo: «¿Y esta loca?».
Inmediatamente, ella alejó la mirada para tomar su vaso de alcohol.

La banda empezó a discutir entre ellos. Dejaron de tocar totalmente pero al público no le importó en absoluto. Ellos solo querían alcohol.
Valerie, sin pensarlo, con la cabeza alta, se acercó a escuchar sobre qué consistía la leve pugna entre la banda.

—¡Kurt se fue! ¿Ahora qué vamos a hacer sin vocalista? —exclamó uno— por que sin vocalista, esto será más aburrido de lo que es.

Ella, sin pensarlo dos veces, subió al escenario, y les dijo a la banda:

—¿Necesitan de una vocalista? —Una vocecita un tanto inestable se escuchó a sus espaldas.

—Perdón —dijo otro de la banda, delgado y escuálido, pero bastante blanco. Parecía un Vampiro sacado de Crepúsculo—, pero ni sabemos quién eres, y en ese estado peor.

«¿¡En ese estado?! —se gritó en su mente recitando lo que el vampiro había dicho—. Ahora van a ver...»

Cantó sin siquiera pensarlo dos veces. Se sentía emocionada, y quería cantar, pero tenían un poco de razón: estaba en mal estado. Pero eso no fue molestia. En aquel momento, la chica comenzó a usar su melódica voz para convencer a la cutre banda que ella podía cantar en cualquier estado.

Psicodelia: Dueños Del Delirio. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora