Aquél día en que ambos chicos sellaron su retorcido acuerdo sexual Katsuki se aseguró de conocer y apreciar un poco más el cuerpo del pecoso.
La primera vez que ambos tuvieron sexo en los vestidores el rubio evitó mirarle, se sentía culpable. Ahora que había enfrentado su rechazo ante Izuku las cosas se hacían algo más fáciles.
No podía mirarle a los ojos mientras sostenía sus caderas; aún no.
Pero podía permitirse observarle a ratos; cuándo los brillantes ojos se dedicaban a recorrer su cuerpo o se cerraban. Sólo ahí podía regocijarse en esos labios entreabiertos y esas facciones extrañamente atractivas; andróginas.
Era cierto, Izuku sí era un chico bonito.
Extraño a mas no poder, pero lindo al fin de cuentas.
No pudo ignorar, pero fijarse en las frescas marcas en sus antebrazos esta vez; en la oportunidad pasada ni siquiera las notó; pero ahora estaban ahí, justo en frente de sus ojos cuándo el de cabellera verde intentaba aferrarse a sus hombros.
Izuku se autolesionaba, pero la realización no sorprendió lo suficiente a Katsuki. Tan raro Izuku no podía ser, al menos era consciente de que era un rechazado social, probablemente por lo mismo se castigaba de esa forma.
No lo culpa, quizás el también caería en esas prácticas de tener una tan miserable existencia.
Ante la vista de Katsuki ese era un indicio de que algo captaba de la realidad; era consciente, Izuku no era un tonto.
No dijo nada; no es un tema que le concierne ni que en realidad le afecte; tampoco quiere intimidar a su acompañante.
Aun así el pensamiento quedó en la cabeza del indiferente rubio.
La forma en la que los quejidos se ahogaron esta vez sobre su propia piel y labios le transmitía una sensación distinta al rubio.
No era lujuria egoísta cómo la primera vez, que intentó sólo centrarse en su cuerpo y necesidades.
Esta vez consideró a Izuku como su acompañante; se ocupó de asegurar el bienestar contrario.
No porque en realidad le importe Izuku como persona, sino porque el sexo es así.
¿Es realmente una relación sexual el sólo perseguir el placer personal? No, estaba lo sexual claramente; pero algo así carecía de relación; de relacionarse con la otra persona.
Eso a Katsuki nunca le ha interesado. El erotismo de ver a quien sea su acompañante disfrutando de su labor lo excita; no puede negarlo.
Y esta vez los libidinosos jadeos de Izuku cada vez que apretaba su piel entre sus grandes palmas le motivaron a seguir así.
A pesar de estar en las bodegas fue un sexo de puta madre; ambos estarían de acuerdo de conversarlo.
Pero no había momento para conversar; estaban demasiado ocupados.
Y al final el rubio sólo se vistió, y después de una extraña despedida se marchó.
Así sería de ahora en adelante.
Izuku no cabía en su pellejo.
De verdad estaba con Katsuki; podía besarle, tocarle, tenerlo.
Un sueño hecho realidad; toda o casi toda su vida aspiró a esto.
Quizás no era cómo siempre fantaseaba. No había citas románticas a la luz de las velas ni idas al cine; tampoco mensajes de texto llenos de cariño ni mimos cuándo lograban verse.
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Chico Bonito // BKDK
FanfictionIzuku Midoriya, universitario; un chico inusual. Un chico bonito. ¿Serán sus traumas? o quizás sólo el rechazo social; realmente no se sabe, pero Izuku es extraño. Obsesivo, sin embargo, inofensivo. Aún así muy inusual, tristemente no en el buen s...