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Izuku llegó tal como Katsuki le pidió. Bañado y puntual, tal como si fuese un pedido de Uber eats.

Katsuki apareció al abrir la puerta principal de la linda casa; estaba en un pantalón de buzo color gris y una polera sin mangas color negro, estaba descalzo y su cabello alborotado; como si hubiese despertado de una siesta hace poco.

Lucía hermoso, como siempre.

La guinda de la torta era su sonrisa. Izuku sabe que puede morir feliz cada vez que le ve sonreír con ese ímpetu de superioridad que desborda por esencia.

"Hola Kacchan" saludó tímido Izuku, que a pesar de ya haberle visto en más de una oportunidad desnudo en sus situaciones más íntimas seguía sintiéndose nervioso a su alrededor.

Katsuki no respondió, sólo acercó a Izuku a si mismo de un tirón en su camisa a cuadros; apegándolo a si mismo ante la pérdida de equilibrio del pecoso.

Izuku apoyó ambas manos en el pecho del más alto y le miró algo sorprendido, el tirón le tomaba por sorpresa; pero por más sorpresa le tomó el hecho de que Katsuki le besara tan hambrientamente en ese preciso instante.

Como si no se hubiesen visto hace dos días atrás en los baños de la facultad; como si de verdad le necesitase, como si no se aguantara al tenerlo ahí, frente a él dispuesto a hacer lo que fuese a cambio de su atención.

Sujetó con una de sus manos su mejilla mientras que con la otra sostenía su cintura, apegándole a el descaradamente. Ladeó su cabeza e introdujo su caliente lengua en busca de la de Izuku, quien fundiéndose entre las manos de Katsuki sólo fue capaz de corresponder la hambrienta unión.

El control de Katsuki sobre Izuku es tal que con sólo besarlo el pecoso olvida su nombre; desde sus entrañas nace la feroz necesidad de ser consumido por Katsuki, y su cuerpo hierve en anticipación.

Le ama, le ama, le ama.

Sus manos recorren su pecho con suavidad, hasta que el rubio levanta poco a poco su polera, dejándole acariciar con sus suaves manos su trabajado abdomen.

El atlético cuerpo de Katsuki se siente firme bajo el tacto de Izuku, y el de pecas se regocija en cada centímetro que puede tantear con sus ansiosas manos.

Una mano desde su espalda baja por su columna coquetamente y termina por afianzarse en la curva de su trasero, agarrando y apretando con descaro la piel por sobre sus jeans.

Un cosquilleo le recorre el cuerpo al notar la necesidad con la que el rubio le reclama como suyo y siente la necesidad de hacerle saber cuán suyo es.

Katsuki se separa rompiendo la preciada unión e Izuku reclama sus labios una vez más, a lo que el rubio retrocede burlón, dando una pequeña palmada en su trasero. 

"¿Quieres algo de beber o comer? Olvidé que eres mi visita." Murmuró sobre sus labios, acariciando con lentitud su trasero por sobre los jeans mientras que su otra mano se deslizaba con lentitud bajo el borde de su camisa a cuadros.

Izuku recuperando el aliento solo fue capaz de negar, no quería nada más que a él.

Katsuki no necesito más respuesta que aquel gesto para tomar desprevenidamente a Izuku entre sus brazos, como si fuese una novia siendo llevada al altar; con la brutal diferencia de que Izuku no era una novia, era el rarito acosador trastornado de la uni, y no le llevaban al altar, sino que a la cama solo para ser follado desconsoladamente una vez más en lo que va del mes.

El pecoso logro dar una vista a la linda casa en el recorrido a la habitación, era exactamente como la imaginaba, medianamente grande, pulcra a más no poder, moderna y con una decoración ciertamente minimalista, pero de muy buen gusto. Los padres de Katsuki trabajaban en la industria de la moda, así que tenía mucho sentido.

Chico Bonito // BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora