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Los días no han pasado en vano.

Katsuki sólo esperaba ansioso el día del alta de Izuku, realmente no sabe si es capaz de aguantar un día mas oscilando entre esa sala de espera y la pequeña habitación del pecoso, pero tenía que ser paciente; aquél feo corte aún necesitaba cuidados especiales, pues las defensas de Izuku nunca fueron buenas y en su estado es fácil pegarse una infección con tremenda exposición.

El pequeño chico perdió peso y sufrió fuertes dolores en el proceso, en especial cuándo los enfermeros se ocupaban de curar el gran corte. En más de una oportunidad Katsuki se mantuvo a su lado, observando atento como ese chico que lucía muy joven para trabajar ahí empapaba en suero y solución antiséptica esa bola de algodón que luego limpiaba las secreciones que se volvían costra alrededor de cada punto.

La presencia de Katsuki a menudo ponía nervioso a doctores o enfermeras del lugar, pues no era difícil percibir como su aura de protección sólo se hacia más y más fuerte a medida que más tiempo pasaba en aquella habitación. Si meses atrás mientras sólo se lo cogía comenzaba a sentirse algo protector ahora esa protección se le había vuelto una real necesidad.

No dejaría que nadie lo tocara, lo mirara demasiado o le dijese algo que podría hacerle sentir mal.

No pasó mucho para que asistidos de un doctor Mitsuki, Masaru y Katsuki le dieran la noticia a Izuku de la muerte de tía Inko y a pesar de que todos se imaginaron un panorama terrible y lleno de llanto, no fue así.

Izuku simplemente reaccionó con un tranquilo "Oh" y su mirada se perdió en la habitación, como si estuviese procesando aún la pérdida, como si no se tratara de la muerte de su madre enferma, como si fuese sólo un problema más.

La verdad es que Izuku ya había vivido y sufrido la pérdida de su madre hace años, no es como si la muerte de su recipiente le doliera un poco más; ya llevaba mucho lamentándose por ella. Las cosas no cambiaban mucho.

Izuku secó las lágrimas que apenas se asomaron con su brazo útil y luego asintió.

No hubo más reacción.

Era una triste noticia, pero estaría bien; quizás incluso mejor. Mitsuki y Masaru le hicieron saber que no le dejarían sólo, después de todo siempre fueron los más cercanos después de sus padres en su niñez; si el tiempo no los hubiese separado probablemente los consideraría familia. Quizás no es lo suficientemente tarde como para hacerlo aún.

Katsuki decidió congelar sus estudios universitarios, pues estaba desconectado de la universidad y no tenía cabeza para pensar en algo más que en Izuku después de lo ocurrido. El rubio le visitó día tras día, hasta que finalmente llegó el alta médica.

Y las cosas no resultaron como Katsuki quería, pues a pesar de que él deseaba llevarlo a casa para cuidarlo de cerca Masaru y Mitsuki siguieron al pie de la letra las recomendaciones del doctor.

Los padres de Bakugo estaban preocupados; Katsuki no era el mismo de siempre. La situación le había afectado más de lo que cualquiera esperara.

Izuku inmediatamente sería internado en un recinto psiquiátrico para recibir tratamiento, pues la delicadeza de su situación y su historial de suicidios fallidos indicaban la inminencia del peligro que Izuku representaba para si mismo. Y a pesar de que es una opción factible llevarlo a casa de los Bakugo el doctor no lo ha recomendado, pues Izuku no puede estar sólo y los padres de Katsuki trabajan todo el día; Katsuki podría cuidarle, pero el rubio necesita atención psicológica también, pues lo sucedido ha calado hondo en el sentir de Katsuki y sus amigos lo notan, todos lo notan.

Chico Bonito // BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora