Extra.

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Ya no será

ya no

no viviremos juntos

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa

no te tendré de noche

no te besaré al irme

nunca sabrás quién fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber

por qué ni cómo nunca

ni si era de verdad

lo que dijiste que era

ni quién fuiste

ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido

vivir juntos

querernos

esperarnos

estar.

Ya no soy más que yo

para siempre y tú

ya

no serás para mí

más que tú. Ya no estás

en un día futuro

no sabré dónde vives

con quién

ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca

como esa noche

nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.

Un puto poema de mierda ha sido lo único que el bastardo de Katsuki ha dejado atrás.

Cuando recibí ese llamado a primera hora de el centro penitenciario pensé que Katsuki se había metido en problemas; Que había golpeado a alguien, que alguien le había hecho algo, que se yo... Nunca creí que al llegar me lo mostrarían en una especia de bandeja de acero, desnudo con una soga marcada al cuello en forma de hematomas y rasguños alrededor de la marca.

No pude aguantarlo, vomité en uno de los cestos de la paupérrima enfermería apenas lo vi así.

El hecho de que se encontraran hilos sintéticos de la sábana en cuestión bajo sus uñas me angustió de sobremanera. Fui incapaz de llorar ahí mismo, de hecho, sólo pude pensar en sus padres. ¿Qué carajos se supone que debía decirles?

Ni siquiera pude tomarme un momento para pensar en lo que acababa de ocurrir. De cierta forma me sentía responsable, tenía que hacerme cargo.

Con el estómago vacío y la garganta irritada por la bilis tuve que hacer ese fatídico llamado, ya que sin ellos ni siquiera podíamos mover el cuerpo de ese asqueroso lugar.

Prefiero evitarme los detalles respecto a los padres de Katsuki. No tengo palabras para transmitir lo que sintieron al ver a su hijo así; su único hijo. No fui capaz de dejarlos solos y con una extraña sensación de estar en deuda con su familia me ofrecí a gestionar el velorio de mi mejor amigo.

No quería hacerlo, pero tenía que. No podía llegar a casa sólo para ver el rostro estoico de Shoto sin entender por qué una muerte me acongoja tanto; no podía llegar a darle la noticia a Shindo tampoco. Pero es inevitable después de todo.

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⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

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Chico Bonito // BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora