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Katsuki luce como un hombre amargado la mayor parte del tiempo. Shindo se da cuenta del sutíl cambio de actitud. El hombre con quien vive ya no es quien conoció en el bar. Lentamente se marchita, cubierto de alcohol, trabajo, insomnio y un amor no correspondido.

El joven no puede evitar sentirse algo mal por él. A menudo se escabulle en su dormitorio sólo para acompañarlo por las noches; ya ni siquiera tienen sexo, Katsuki ya no está de ánimo para eso. Comparten conversaciones flojas, un par de caricias y si la situación lo amerita un débil beso en los labios. Shindo sabe que Katsuki está viendo a Izuku cuándo el no se encuentra en casa, lo nota por su actitud y ese aroma a loción de bebé que le marea cada vez que entra a casa después de clases.

A Shindo le molesta esto. No son celos, no es posesión. Le tiene un resentimiento a alguien que ni siquiera conoce; ni siquiera sabe como luce el tal Izuku, pues Katsuki sólo habla de él cuando tiene feos episodios con el alcohol. Sabe que es la causa de que el rubio se marchite así, lo tiene mas que claro.

Es por eso que el día en que le conoció no pudo evitar, pero desquitarse.

Salió del ascensor con su mochila al hombro y las llaves en la mano. Tiene hambre y sabe que por la tarde le espera un gran turno en el bar; sólo desea comer algo con Katsuki y dormir una siesta.

Una cabellera rizada y un rostro pecoso se le cruzan en el camino al apartamento. Un chico delgado y más bajo que él que camina con una mirada esquiva, como si acabase de cometer un delito. Shindo lo reconoció de inmediato, ahora comprendía el parecido.

El pelinegro no se hizo a un lado cuándo Izuku caminó en dirección al ascensor, provocando un choque de hombros algo más fuerte de lo normal.

"Lo siento" dice Izuku sin mirarle el rostro, con una voz más frágil de lo que Shindo se imaginaba.

El peliverde intenta seguir su camino luego de disculparse, pero Shindo no se lo permite, y le toma desde el brazo. Izuku siente un poco de miedo por el apretón, no es como que conozca al universitario que lo mira con tan profunda aversión.

"¿Disculpa?" pregunta el peliverde confundido, sin quitarse esa aura de inocencia y fragilidad que esboza por naturaleza cada vez que se siente intimidado.

Shindo le mira al rostro con detenimiento, nota sus ojos verdes con pupilas dilatadas y el temblor en su muñeca.

"Vaya perra..." pronuncia con una sonrisa en el rostro, digna de un bully de secundaria.

Izuku no entiende nada, luce confundido y algo asustado.

"Sabía que nos parecíamos, pero no pensé que lucieras tan insignificante en persona."

"¿Quién eres?" el pecoso luce algo nervioso, nunca había visto al chico que tiene en frente y no le agrada la sensación que le transmite.

"¿Pensaste que Katsuki vivía solo?" Shindo sonríe levantando la mano con la que sujeta las llaves del apartamento y mirando con una insoportable superioridad a Izuku, quien siente su estómago contraerse al ver las llaves meneándose frente a su rostro.

Las palabras resuenan en el cerebro de Izuku una vez escapan de los labios de Shindo.

"Pobre perra drogadicta." Sonríe el universitario antes de continuar su camino, ignorándole.

Izuku queda helado, mirando en dirección al pelinegro que camina por el extenso pasillo. Desea que sea una mentira, pero nota claramente como es que el joven utiliza sus llaves para abrir la puerta del apartamento que acaba de abandonar. Katsuki realmente tiene a alguien más.

A alguien más joven, a alguien más lindo.

Izuku toma su cabeza entre ambas manos, deseando dejar de oír la voz de Sho Mutsuko corrompiendo su mente. Su corazón late con fuerza en su pecho, realmente no sabe si es a causa de el pelinegro que se ha burlado en su rostro o si es el polvillo que ha aspirado antes de ver a Katsuki.

Chico Bonito // BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora