Para suerte de Katsuki el arisco novio de Sero no está incluido en la lista de visitas seguras en la residencia psiquiátrica de Izuku, por lo que les abandonó poco antes de llegar al edificio.
El rubio sintió sus palmas sudorosas al presionar el botón del ascensor una vez pasó la recepción y confirmó su identidad a la entrada. Cada vez que viene a visitarle las palmas le sudan, no está seguro del por qué.
Acomodó la bufanda color beige que abrigaba la piel expuesta de su cuello mientras que Sero tarareaba una canción a su costado. La pequeña pantalla luminosa les indicaba como subían piso a piso y el estómago de Katsuki solo hormigueaba más una vez se aproximaban al quinto piso, el piso de Izuku.
De todo corazón desearía que Sero no esté revoloteando a su costado en las visitas, honestamente quiere pasar tiempo a solas con Izuku en la pequeña burbuja que les mantiene en esa extraña calma atmosférica que sólo ambos saben construir; pero el pelinegro parece no captar las indirectas; o mas bien, las capta, sólo que no le importan.
De pie fuera de la puerta entreabierta de la habitación 505 Sero hace un gesto anticuado con las manos y una pequeña reverencia, como si se tratara de un príncipe ostentando cómo es que las damas deben ir antes que un caballero. Katsuki simplemente le ignora y golpea con sus nudillos un par de veces la ostentosa madera de la puerta.
"Adelante." Se escuchó desde el otro lado de la puerta esa gentil voz que el rubio ya bien conoce. Siempre era igual, Izuku sabía que Katsuki vendría a verle una vez más, sin embargo, la noticia anticipada de su llegada no disminuía en lo absoluto las ansias de verle y recibirle con los brazos abiertos, ya sea por una hora, una tarde, o una noche entera acompañándole en su acomodada habitación.
Katsuki empujó la puerta adentrándose con Sero a sus espaldas en el acogedor y acomodado ambiente de la iluminada pieza e inevitablemente el frágil cuerpo que por tanto ha pasado se hace presente ante sus ojos, tan vulnerable como siempre, como un temeroso conejillo silvestre en la mitad del bosque.
Con un pijama color gris que le queda algo grande Izuku sonríe de forma casi instantánea parándose del borde de la cama a medio hacer. Sus rizos revueltos y la televisión con una película infantil andado le hacen saber a Katsuki que el chico no ha hecho más que descansar en su día libre, pues los fin de semanas no tenía un itinerario fijo aparte de tomar sus medicaciones.
Descalzo Izuku camina en dirección a Katsuki y sin dudarlo le abraza. Las tibias manos se deslizan por los costados del abdomen del rubio y la revuelta mata de cabellos verdosos se hunde en su pecho. Izuku sigue oliendo a bebé, es extrañamente reconfortante.
"Kacchan, te extrañé." El chico murmura algo enmudecido de tanto hundir su rostro en las ropas del rubio, pero aún así Katsuki entiende y responde revolviendo sus cabellos.
"Estuve aquí hace un par de días nada más." Katsuki habla serio, pero su rostro le delata. ¿Realmente importa? No, desde hace un tiempo que a Katsuki le ha dejado de importar.
Toma su rostro entre sus frías palmas y luego de admirar los iluminados ojos esmeralda deja un pequeño beso en sus labios, un simple topón, puro, limpio, casto.
Las cosas han cambiado mucho entre los dos, pero si algo nunca cambiará será ese sonrojo que cruza la nariz y mejillas de Izuku cada vez que Katsuki le besa con tanta ternura.
"¿Cuándo me saludarás con un beso también a mi? Llevo un tiempo esperando." Sero juguetea molestando a Izuku cuándo el chico le sonríe en forma de saludo.
"¿Quién mierda es ese?" Izuku no ha alcanzado a sentirse avergonzado por las coquetas jugarretas de Sero, pues la firme voz de Katsuki le ha interrumpido.
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Chico Bonito // BKDK
FanfictionIzuku Midoriya, universitario; un chico inusual. Un chico bonito. ¿Serán sus traumas? o quizás sólo el rechazo social; realmente no se sabe, pero Izuku es extraño. Obsesivo, sin embargo, inofensivo. Aún así muy inusual, tristemente no en el buen s...