9. Reconciliación

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Narra Mariana:

Llegué muy temprano al colegio como de costumbre, me sentía muy vacia al saber que estaba muy lejana a Keisy, siento que la estoy obligando a que tenga confianza en mí así que trataré de arreglar las cosas con ella, que dejemos ese tema en el olvido y que la confianza surja con el tiempo.

Luego de estar sentada en una banca pensando, llega el consejero de nuestra carrera y me dice que hay cambio de salón y que le avise a mis compañeros, al decirme él donde debíamos estar me puse algo incómoda ya que me dijo que estaremos en el salón de enfrente de último año de nuestra carrera; Tomé mis cosas y me dirigí a buscar a mis compañeros y decirles, tenía la esperanza de encontrarme a Keisy y tomar esto como una oportunidad para hablarle, pero nunca llegó ¿Será que no vendrá a clases?
Al llegar al salón le guarde un asiento al lado mío.

—Disculpa, ¿Está ocupado este asiento? –dijo Mónica, compañera de nosotros.

—Si, es de Keisy –le sonreí apenada por no poder darle el asiento.

—Entiendo, pero ¿Podrías darlo? No puedo ver el pizarrón desde atrás y...

No la dejé terminar cuando quite el cuaderno que tenía sobre el asiento para darle el permiso que se sentará, ya esta, Keisy seguramente no vendrá hoy, luego Mónica sé sentó y me agradeció.

Miré a Keisy entrar por la puerta luego de 15 minutos pidiendo disculpas por el retraso, noté que su mirada estaba puesta en mí más no dirigí mi mirada hacia ella por pena, tenía ganas de decirle a Mónica que se fuera, incluso quería ofrecerle el escritorio del maestro para que pudiera ver más claro y cerca, pero sé que no funcionaría.

Narra Keisy

Luego de recibir horas eternas de clase suena la campana del receso
¿Qué haré ahora? Mientras el profesor de filosofía daba la clase estuve pensando que haría en el recreo: iré a comprar mi desayuno, me sentaré en unas bancas mientras leo el libro que traje ¡Claro! –dije mientras me levantaba de mi asiento y tomaba mi mochila para irme cuando...

—¿Puedo hablar contigo? –Escuche esa voz familiar y anhelada.

—Mariana, ¿Dime? –Deje de meter el cuaderno a la mochila para escucharla.

—Sé que no debí exigirte confianza y tampoco desenterrar el pasado, sé que todo esto te afecta y yo recordándolo y reprochando no ayuda en nada y qué... –la interrumpo.

—No tienes que darme explicaciones sé que lo hiciste porque yo soy la que actúe de manera desconfiada contigo, es mi culpa, hemos sido amigas desde antes de iniciar las clases, además que hemos conectado muy bien y yo me he cerrado a no brindarte la confianza que es necesario para mejorar una amistad.

—Pero... –Dijo para luego interrumpirla de nuevo.

—Déjame terminar, anoche tuve un sueño, miraba a Michelle en un lugar muy lindo y me dijo unas palabras que me ha tenido pensando, ella quiere que la deje libre y que no me cierre a mi vida social. Lo siento.

Sentía que ambas íbamos a terminar llorando en ese momento, pero el maestro nos interrumpió.

—Señoritas pueden salir del salón porfavor.  –Dijo el maestro.

Ambas suspiramos y nos quedamos viendo y nos sonreímos; tomé mi cuaderno y mi mochila y la abracé y nos salimos del salón apuradas, reconciliadas, y con una sonrisa en nuestro rostro.

—Me siento culpable –Dijo Mariana.

—Ya no pienses en eso –Dije.

—No, no habló sobre eso, si no que Mónica me quitó tu asiento...

Nuestro Amor En Silencio [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora