Nuestro Amor En Silencio [TERMINADO]

37. Pensar lo peor

Narra Michael:

Son casi las 12:00 de la madrugada, no quiero regresar tarde a su casa a Mariana
Me la he pasado genial, este es el mejor día de mi vida.

Les dije a Fran y su cita que si se quedarían o querían venir con nosotros y aceptaron venir con nosotros. En estos momentos nos encontramos fuera del baile.

—¿Dónde está el auto? –Preguntó Fran mientras buscaba con su vista.

—En el estacionamiento. –Dije con obviedad. Las chicas rieron.

Quedó un silencio que debería ser incómodo, pero no lo fue, tenía algo en mente y quería que Fran la leyera.

—Aaah, okay, okay. –Dijo Fran entendiendo mi mirada.

Él se fue junto con Raquel, ella se apoyaba del brazo de Fran.

—Raquel me cayó muy bien. –Dijo Mariana mientras los seguía con la mirada.

Yo no dije nada, solo me quede viendo su rostro, ella lo sintió y devolvió su mirada en mí.

—¿Quieres decirme algo? –Dijo con curiosidad.

No solamente se quedará como mi cita ¿Oh sí?
Claro que no, aprovecharé este momento especial.

—Me gustaría... –Fui interrumpido.

—Dame las llaves de tu auto. –Dijo Fran detrás de mí, provocándome un susto.

Gire lentamente hacia él y le di una sonrisa y unos ojos que lo estaban fulminando.

—Vamos, dame. –Dijo con gracia mientras me hacía seña con su mano que le diera mis llaves.

Se las di y se fue.

—¿Qué querías decirme? –Dijo Mariana mientras reía.

—No quiero que quedemos como cita de baile, creo que nos conocemos lo suficiente para hacerte esta pregunta... –Tome aire, ya que los nervios me están matando.

—¿Quieres ser mi novia? –Dije y ella sonrió.

—No. –Dijo y mi confusión está notoria en mi rostro.

En cambio ella me miraba con una sonrisa burlona, se ve hermosa.

—Si quiero serlo. –Dijo con una sonrisa completamente distinta, está mostraba alegría y sinceridad.

—Se me había paralizado el corazón por un instante. –Dije llevando una mano a mi corazón, ella solo ríe.

Me acerqué a ella para darle un abrazo que duró algunos segundos, nos separamos lentamente y yo sigo queriendo saber a qué sabe el gloss; me acerque a su rostro, no noté que ella se negará así que voy a besarla.

—¡Tortolos, vamos! –Dijo Fran con el auto en la carretera.

¡FRANKLIN! Nos has interrumpido.

—Tan inoportuno. –Dije en un susurro que Mariana me escucho y solo río en tono bajo.

Nos subimos al auto, yo iba en la parte delantera al lado de Fran y las chicas iban detrás.

—Gracias por llamarnos, Franklin. –Dije mientras le daba golpes leves en el hombro con mi mano.

—Oh oh, me dijo Franklin. –Dijo mientras reía y puso el auto en marcha.

Dejamos a las chicas en sus casas, estoy muy alegre y aún no me lo creo que Mariana y yo tengamos una relación...
Y es que me he vuelto a sentir como un loco enamorado y lo que me pone más alegre es que Mariana es la chica ideal con la que puedo estar tranquilo porque sé que no me lastimara.