33. A trabajar (parte l)

18 3 6
                                    

Narra Mariana:

Ya es lunes y me siento triste al saber que este día será el último cerca de Michael...

Sé que él cumplirá lo que prometió y aunque quiera retractarme no podré.

Estoy viendo un punto fijo mientras hago memoria de lo que diré en la charla, luego caigo en sí para seguir ondulando mi cabello.

—Ash, si hubiera sabido que hacer ondas es tan complicado hubiera optado por alisarme el cabello. –Dije en voz alta frente al espejo.

Creo que ya...

Tomé mi mochila y me dirigí hacia la cocina a tomar el desayuno, mi mamá está arriba arreglándose para ir a su trabajo.

—Vas muy linda. –Dijo mi mamá bajando por la escalera para luego conducirse a la puerta para irnos.

—Gracias. –Dije con una sonrisa.

Llegué al salón, no miré a Michael ni a los chicos de seguro aún no llegan.

—Wow... Estás hermosa. –Dijo Keisy mientras abría sus brazos en señal de abrazo al cual correspondí.

—Por Dios, no es para tanto. –Dije riendo tímidamente.

—¿A que horas será la charla? –Preguntó Keisy mientras miraba la hora en su celular.

—Segunda hora. –Dije para luego suspirar.

Segunda hora equivale a las ocho de la mañana.

La primera clase la recibí, estaba un poco incómoda porque estaba escuchando lo que decía el maestro y también de una manera loca escuchaba mis pensamientos repetir cada cosa que diré.

—Señorita Walker, puede salir. –Dijo el maestro y miré hacia la puerta

Ahí está él esperándome...

—Permiso. –Dije poniéndome en pie y dando una mirada corta a Keisy quien me brinda una sonrisa.

—Hola. –Dije en tono neutro.

—Buenos días. –Dijo Michael de manera formal.

Caí en cuenta con lo que la vez pasada le pedí.

—Oh, buenos días. –Corregí.

Él sonrió un poco y siguió caminando, yo seguí su paso.

—¿Estás lista? –Preguntó mientras miraba a otro lado.

—Lo estoy. ¿Y usted? –Dije con mucha formalidad.

Escuché una pequeña risa como respuesta.

—Nunca me ha gustado que las personas de mí misma edad me traten con formalidad. –Dijo mientras escondía sus manos en sus bolsillos.

—¿Está todo listo? –Cambié de tema.

—Lo está. –Dijo de lo más tranquilo.

Él abrió la puerta del gran salón y me dio pase.

—Gracias. –Dije mientras pasaba.

—Encenderé el proyector, enciende la computadora para empezar a proyectar y ver si no hay dificultad. –Dijo y yo asentí mientras hacía lo que me decía.

—Oh no... –Dije llamando la atención de él.

—¿Estás bien? –Dijo acercándose a mí.

—Se borraron las imágenes de la presentación. –Dije mientras las buscaba.

—Pero yo las coloqué. –Dijo viendo la computadora.

Vimos entrar a varios jóvenes, se nos agotaba el tiempo y sin imágenes la presentación se verá simple y nos quitarán puntos.

Nuestro Amor En Silencio [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora