Capítulo 21

179 35 47
                                    

Will

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Will

Golpeo con mis puños al numerale que encontré tratando de asesinarme, estoy en mi oficina. El bar está funcionando, contraté unas perras que me ayudaran a servir tragos. Todo está entre una tensa calma, Vitelio no ha movido todavía su ficha, sé que espera que sea el primero en hacerlo, descargo en el maldito que tengo enfrente todas las frustraciones y la rabia que llevo acumulada.

Mis nudillos destrozan su rostro, la sangre salpica el mío mientras los demonios van emergiendo poco a poco. Su respiración se hace cada vez más lenta, mientras el hoyo en mi alma hace que trate de acabar todo esto. Mi mejor amigo muerto y Stella, todo lo que deseo, Gambino desea quitármelo. Me detengo y lo tomo por las solapa de su traje, balbucea incoherencias.

—¿Te divierte? —pregunto al escucharlo reírse—. Apenas estoy comenzando y tú ya estás muriendo.

La puerta se abre de golpe y me giro, Stella ahoga un jadeo mientras Jade trata de sacarla.—Suéltala, Jade —ordeno molesto.

Mi empleada me observa y luego lo hace con la Muñeca de porcelana, pone los ojos en blanco y la suelta para irse sin decir nada. Me fijo en el rostro de Stella, sus ojos están rojos y sé que ha estado llorando.

—¿Qué estás haciendo? —chilla su pregunta.

Recuerdo que tengo al maldito numerale y suelto sus solapas, saco de atrás de mi pantalón mi pistola, ella grita cuando la cargo apuntándolo en su cabeza.

—Espero que disfrutes la muerte —le digo al hijo de perra.

Disparo a quema ropa justo en el medio de su frente, me giro lentamente para enfrentarla. Stella me observa con sus ojos verdes llenos de terror, sus manos tapan su deliciosa boca y las lágrimas manchan su piel. Doy un paso hacia ella temiendo que salga corriendo para huir de mí, sin embargo, me sorprendo cuando se echa a mis brazos. No sé cómo reaccionar, por un momento me quedo de pie ahí mientras llora aliviada en mi pecho, meto en la pernera de pantalón el arma y la abrazo. Cierro disfrutando el efímero momento de mi dulce muñeca aceptando lo que soy.

—Stella, ¿qué haces aquí?

Ella niega y se aleja, su suéter de color gris se ha manchado de sangre. Se da cuenta de lo que estoy mirando, niega con su cabeza asustada. Me fijo que hay algo en sus ojos, me observa, pero agacha la cabeza con pena y comienza a llorar. Me acerco para tomarla entre mis brazos de nuevo.

—No llores, por favor, sé cómo te sientes... —Llora con dolor—. Estás sintiendo que algo cambia dentro de ti, que estás en el camino incorrecto y no sabes qué hacer.

—Va a matarla, Will, necesitas proteger a Stacie. —Me tenso—. Me dijo que si no aceptaba mi destino, él... —titubea y la detengo subiendo su rostro.

La obligo a mirarla, me parte el alma que esté así de alterada. Vitelio ha mostrado su verdadero rostro, no le ha importado.

—Vitelio... —Ella asiente—. ¿Te amenazó con Stacie? —Escucho el tono de mi voz y puedo palpar la rabia, ella asiente llorando. Cabecea como si no pudiera creerlo, noto que su labio está roto y uno de sus pómulos tiene un morado casi imperceptible—. ¿Te hizo daño?

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora