Capítulo 29

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Stella

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Stella

Will se ha comportado extraño desde la noche en que casi me ahorca, sé que en este momento está luchando por vencer a su sombra y terminar de entregarse a lo que siente. Stacie es feliz en este lugar, ya que de cierta forma parecemos una familia que solo está pasando unos días en su casa de campo, si es que a esta mansión se le puede llamar de esa manera.

Estamos solamente los tres, no permite que las personas que cuidan merodeen. Por las mañanas normalmente él sale a trotar mientras que la niña y yo hacemos nuestros ejercicios de ballet. Comemos juntos y salimos al patio para jugar con Stacie.

Dicen que para crear un hábito se necesitan veintiún días ejecutando la misma tarea para que se vuelva parte de tu rutina, sin embargo, no necesito de tantos días para acostumbrarme a estar con ellos de esta manera, parece que algunas cosas se dan de manera natural sin forzarlas y sin llenarlas del miedo que muchas veces sentimos por fracasar.

Los observo correr por el campo mientras en mi rostro no se borra la sonrisa. Para mí William Grant muestra cuatro facetas: la primera, que es el hombre sin escrúpulos y que puede asesinar a sangre fría; la segunda, es el padre amoroso que daría su vida entera por su hija; la tercera, es el hombre apasionado en el sexo y el Adonis tatuado que le roba el aliento a cualquier mujer; la cuarta, pero no la menos importante, es la persona vulnerable llena de demonios, también de mucho arrepentimiento que no lo deja avanzar y se cree incapaz de merecer amor.

¿Cómo amar cuando tus demonios acechan? ¿Cómo aceptar que eres merecedor de todo lo que te ofrecen? ¿Cómo encontrar la paz después de haber hecho tanto daño?

Escucharlo mientras mostraba su alma y su verdadera esencia ante mí, rompió mi corazón en mil pedazos y más cuando tuvo que escoger entre la mujer que tal vez alguna vez quiso y su hija, cualquier persona me juzgaría por apoyarlo en su decisión de asesinar a Leah, no obstante, estando en la misma posición que él, estoy segura de que haría lo mismo y que no, pasarían pensamientos de arrepentimiento por mi mente.

Stacie corre hacia mí y se lanza sobre mis brazos, su risa se confunde con una brisa fresca y al mismo tiempo es el sinónimo de paz e inocencia.

—Ven a jugar con nosotros —me ruega.

Ya el invierno comienza a despedirse y los árboles se están vistiendo de nuevo de verde, para regalarnos las más hermosas vistas durante la primavera. Es uno de esos días en que la temperatura nos permite disfrutar del paisaje y del momento.

—Vale...

Acepto su invitación y cuando llego a donde Will nos espera, él sale corriendo para atraparme por la cintura, provocando que grite del susto. Mi corazón se acelera siempre que estoy cerca de él, no sé cómo explicar lo que siento por William Grant, tal vez el amor es eso, algo inexplicable, algo intangible que se siente tangible porque solo puede sentirlo así cuando esa persona está cerca de ti y puedes acariciarlo, tocarlo, abrazarlo y besarlo. Otras veces, simplemente sabes que amas a esa persona a pesar de que no esté presente ante ti, a veces trato de comprender lo complejo del amor y creo que estoy perdiendo la batalla, ya que simplemente el amor no tiene explicación.

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora