¿Qué haces cuando tienes tu vida planeada y el destino te cruza con el amor y el caos?
Todo lo prohibido es deseado.
Will Grant es un hombre atormentado, un criminal de guerra y un traficante que lucha con demonios que lo obligan a dejar la luz atrá...
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Will
Stacie salta por el nuevo piso admirando lo espacioso que es, la miro con una sonrisa en los labios, mi hermana Carol y Tessa están con nosotros. La vida de nuevo me ha dado una oportunidad de hacer las cosas bien, sigo siendo un maldito criminal de guerra, sigo traficando con armas y no me importa ganarme dinero que está manchado de sangre, sin embargo, estoy limpio.
Primero creí que lo hice por amor a Stella y a mi hija, pero a medida que me iba desintoxicando comprendí que lo estaba haciendo por mí, porque no era feliz en el hoyo en el que estaba metido, sigo tratando de comprender qué es lo que soy, cuál es mi papel en la vida.
—Deberías tratar de acercarte a Stella —comenta Carol.
Niego en silencio.
—Lo mejor es que no lo haga —la contradice Tessa.
Exhalo poniendo los ojos en blanco, al parecer desde que mi familia conoció a Stella fue amor a primera vista, todos la aman y saben que es lo mejor que pude tener en vida. La quiero de vuelta, pero solo si ella lo desea, la amo con toda mi alma. Pensé que al dejar las drogas la ilusión se iría, sin embargo, se metió en cada célula de mi ser.
—Ella está con otro —murmuro.
—¡Pamplinas!, ella sigue enamorada de ti —asegura Carol—, cuando visita a mamá y le habla de ti, le brillan los ojos de una manera especial.
—Le prometí que la dejaría en paz, no pienso romper la promesa… —Sonrío y sé que fallo en el intento—. A veces el mayor acto de amor es dejar ir a esa persona, cuando las cosas no funcionan.
Tess se queda mirándome con los ojos llenos de lágrimas, sé que piensa en Leah y desearía contarle lo que le hice, pero estoy seguro que solo traería de como consecuencia que ella me odiara de por vida, nunca entendería que lo hice para salvar a Stacie, lamentablemente las drogas nos orillan a cometer actos que lucidos no haríamos.
—Stella te ama —musita Tess—, lo vi en sus ojos cuando le di tu regalo, pero todo lo que vivieron fue intenso, se enamoraron a primera vista, todavía creo que el amor no existe de esa manera…
—El amor puede darse de cualquier manera, sabes que fui amiga de Ben una vida entera, ahora es mi esposo, puede ser un día o tal vez años. —Carol me toma la mano—. Haz que recuerde todo ese amor, invítale un café, llévala al teatro, no sé, haz lo que se te ocurra, haz las cosas diferentes.
—Le prometí…
—Hay promesas que a veces debes romper —me interrumpe Tessa—, si de verdad amas a Stella, lucha por ella. — Me quedo mirándola y alza sus hombros—. Quisiera detenerte, pero la verdad sé que los dos de verdad se aman y tal vez sean lo que necesitan, solo deben curar sus heridas y aprender a amar.
Me quedo mirando a mi amiga, esa era la Tessa que me daba consejos cuando todo se iba a la mierda.
