¿Qué haces cuando tienes tu vida planeada y el destino te cruza con el amor y el caos?
Todo lo prohibido es deseado.
Will Grant es un hombre atormentado, un criminal de guerra y un traficante que lucha con demonios que lo obligan a dejar la luz atrá...
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Stella
Y de esa forma Will trata de acercarse a mí, salimos todos los domingos los tres como familia, sigo rechazando las citas a solas, porque tengo miedo de que todo sea ilusión y en el momento menos pensando, se rompa. No quiero más burbujas de felicidad, quiero algo real. Albert se ha alejado, porque en el fondo sabe que no siento lo mismo que él. Han pasado dos meses desde que regresó, la vida continúa y poco a poco me estoy acostumbrando a todo.
A veces escucho noticias sobre la mafia y tengo miedo de que Vitelio siga vivo, aunque esté muerto, tengo miedo que otro hombre como él pueda obsesionarse de nuevo conmigo, porque sé que existen, son ciudadanos que caminan por las calles, parecen personas normales y dentro guardan una oscuridad capaz de dañar todo a su paso, son como sombras que ciernen sobre ti hasta envolverte.
Amé la oscuridad de Will, no lo niego, porque en el fondo yo también la tengo, los dos estamos rotos. Quizás en ese momento éramos lo que necesitábamos, pero ahora, yo en este momento sigo averiguando qué es lo que falta. Lo amo, claro que lo amo y es algo que no entra en discusiones, nunca pensé que mi primer amor sería de esta forma. La intensidad de mis sentimientos a veces me hace dudar si al rechazarlo hago lo correcto, a veces quisiera decirle te amo, abrazarlo y quedarme a su lado.
Nos encontramos en las canciones que suenan en la radio, en las historias de amor que leemos, porque últimamente leo mucho más de lo que lo hacía anteriormente. Abby dice que trato de encontrar respuestas, conoció formalmente a William y aunque en el fondo sigue odiándolo, creo que se la ha ganado.
Salgo de la compañía y me sorprendo, está recostado en su SUV mirando fijamente el móvil. Niego y miro mi reloj, son más de las once la noche, se me pasó el tiempo como siempre y con mi nuevo compañero estamos tratando de adaptarnos. Parece que algo le ha avisado que estoy cerca, levanta su mirada y sonríe al verme parada frente a él moviendo la cabeza en negación.
Guarda el móvil en el bolsillo de su pantalón, ahora tiene siempre un aspecto de hípster. Traté de averiguar qué está haciendo para darse los lujos con los que vive, pero pasa a otra tema y sé que en el fondo sigue siendo el criminal del cual me enamoré.
—Pensé que no saldrías nunca —me dice a modo de saludo dándome un beso en la comisura de mi labios.
—Will… —Coloco mi mano en su pecho—. ¿Qué haces aquí?
—Llevarte a casa…
Suspiro cansada.
—Podría tomar un Uber…
Me ignora tomando mi mano, me acompaña hasta su automóvil y me ayuda a subirme. Sé que trata de ser el hombre que cree que me merezco, pero…, exhalo cansada cuando se sube a mi lado. Enciende el motor y casi automáticamente suena The Scientist en la voz de Chris Martin, no sé qué tienen las canciones de Coldplay, pero siempre van directo al corazón. Esa simple esas dos frases: “Nadie dijo que sería fácil, solo estoy volviendo al principio…
