No sabía dónde estaba, todo era pura oscuridad, corría por donde sus pies lograban tocar firmeza y su temor no le detenía.Estaba asustado.
No...
Estaba aterrado.
Quería escapar de allí, de dónde sea que estaba.
La oscuridad poco a poco lo consumía y sus lágrimas se desbordaban solas, no tenía control, su cuerpo estando en sintonía con su miedo empezó a temblar.
Se paralizó, se quedó quieto en donde sea que estuviera, temblando y llorando, ahí, tirado en medio del mar negro que lo rodeaba.
- Kasui... ..
El mencionado se pasmo.
- Kasui...
La voz que lo llamaba sonaba cerca.
- Kasui...!
Sonaba muy cerca.
- Kasui!
Y el sabía quién era quien portada dicha voz.
- ¡Kasui! - lo llamó con furia.
El astaño asustado quien estaba quieto en su lugar fue bruscamente jalado de su hombro derecho hacia atrás. Y ahí. Justo ahí.
La dueña de la voz.
Su madre.
- ¿¡En donde M*erdas estabas!? - pregunto furica, su rostro se transformó - ¿Sabes lo preocupada que estaba? Hijo, te extrañé tanto - dijo, sus ojos denotando pura locura y su sonrisa brillando en pura hipocresía, tales acciones no hacían más que hacer temblar al menor.
El castaño retrocedía, su madre no podía estar allí, frente a él, el estaba seguro, había escapado, no había dejado rastros, no tenían como encontrarlo, y sin embargo...
Su peor pesadilla estaba justo al frente.
El niño retrocedía con la mirada perturbada y fija en la mujer frente a él, cada célula de su cuerpo estaba temblando y sus lágrimas hacían caso omiso a la idea de parar, retrocedía cada paso que la contraria avanzaba, o eso intentó, asta que...
- Kasui - llamo firme una segunda voz tras de él, voz que lo dejó sin alma ni corazón, voz que le provocó solo escapar en la inconsciencia y nunca más volver, voz que esperaba no escuchar - Kasui! - volvió a llamar, está vez más fuerte.
El mencionado poco a poco se fue dando la vuelta, no queriendo ver a los ojos al hombre frente a él, si le aterraba encontrar a su "madre" definitivamente no quería ver a su padre.
- Pequeña escoria - dice, acuclillandose a su altura, tomándolo desprevenido con brusquedad por sus mejillas, tapando todo ruido queriendo escapar de su boca - ¿Como te atreves a escapar? - pregunta con un tono de voz nunca antes empleo que fuese dirigido a él - ¿Crees que con aquel Omega inútil podías esconderte? - pregunto con sorna - e ahí a tu "héroe" - sonríe con maldad, señalando a su lado izquierdo que inesperadamente es alumbrado, y pierde todo rastro de cordura.
Justo en el suelo, un cuerpo sin vida es hallado cubierto de sangre, misma que mancha un gran charco bajo de él, donde resalta una singular cabellera de tonos verdes entre todo el rojo desparramado.
Eso fue todo.
La desesperación lo invadió con brutalidad.
El aire se corto y pronto olvidó como respirar.
Era sofocante.
Era aterrador.
- Kasui... ..
Esa voz...
- Kasui...
El niño ve nuevamente el cuerpo sin vida.
- Kasui...!
El cuerpo ya no está.
- Kasui!
Una luz a su frente lo hace alzar la mirada.
- ¡Kasui! - llamó un Omega de cabellos verdes alarmado.
Había despertado.
- ¿Izuku..? - preguntó el menor desconcertado.
- ¡Kasui! O Dios, que bueno que despiertas, ¿Estas bien? - pregunta tomando su rostro entre sus manos, buscando limpiar las lágrimas que no dejaban de correr por las mejillas del menor.
- Yo... - había sido una pesadilla, una muy fea pesadilla, tal vez debió insistir en el que el mayor durmiera con él, y no dejar que durmiese en el sofá de la sala.
- Shh... Tranquilo, respira - no fue asta ese momento que Kasui se dio cuenta de su estado, estaba llorando, sus lágrimas salían sin control pese al esfuerzo del mayor por limpiarlas, estaba temblando de pies a cabeza y no precisamente por frío, estaba sudando y jadeando, alterado y aterrado. Kasui se hallaba ahora ente los brazos del Omega, sentado en su regazo y siendo abrazado por este.
- Respira, tranquilo, yo estoy aquí - consolaba el pecoso acariciando los cabellos del niño aún intentado limpiar el rostro de éste.
- Tuve - calló, no queriendo recordar- t-tuve...
- No tienes que contarme si no quieres, solo respira, estás muy agitado, respira con calma - aconseja, y Kasui no duda en obedecer.
Luego de un rato y estando el menor más calmado, Izuku sugiere...
- ¿Quieres que duerma contigo? - pregunta teniendo aún el cuerpo del infante recostado en su regazo.
El castaño asiente y aún sin despegarse del agarre ambos se acomodan en la cama (que solo ocupaba el menor) para descansar, o en su caso, Izuku permaneció despierto asta que estuvo seguro que el contrario estaba dormido y sin incomodidades en sus sueños, aferrandolo más a su pecho para luego de unas horas de tanto ajetreo, por fin serrar sus ojos y descansar.
.
Nota:
Bueno, eh aquí el siguiente capítulo!!!
Esperen...
150 vistas...
OMG!!! (Me desmayo).
Para no rompper con la dinámica..
TTupiza por ser la cuarta persona te dedico el capítulo!!!
Pero...
Solo haré esto asta llegar a los 10 primeros seguidores de esta historia.
ASI QUE NO SE OLVIDEN DE DAR ⭐ COMENTAR 💬 Y SEGUIR ESTA HISTORIA 🙋...
HASTA LA PRÓXIMA!!!
👋👋👋👋👋👋👋👋👋
ESTÁS LEYENDO
Las Casualidades No Existen. Todo Es Producto Del Destino.
Ação"Algunos lo llaman Casualidades, otros lo llaman Estar en el lugar a la hora equivocada, pero para Izuku Midoriya, un joven Omega de 27 años, los acontecimientos que lo rodean son cosas del Destino, pues, para ser solo un artista independiente, a se...