Caminaba por las calles levemente iluminadas.Era tarde, próximo a ser de noche.
Un sujeto de desconocida identidad entra a un bar, muestra su identificación al guardia quien al poco tiempo lo deja entrar, ignorando las quejas de quienes llevan rato esperando para ello.
El hombre entra y camina por medio de la pista de baile, pasa de largo la barra de bebidas y empuja a las omegas y betas que se les insinuaba.
Llega a la parte tracera del bar, y en ves de salir por la puerta tracera entra por otra de secreta procedencia, sube dos pisos y por fin llega a su destino.
- Hasta que por fin llegas, Kurogiri - se queja una voz femenina.
- Lamento la tardanza - responde el mencionado.
- ¿Has tenido suerte con el mocoso? - pregunta una voz masculina, seria y rasposa.
Kurogiri calló.
Y quien preguntó salió de la sombra ante el silencio de su más leal secuaz.
- Kurogiri - llamó serio.
- ¿Tienes una foto? - responde el contrato.
- Toga - dijo el personaje de aún desconocida identidad.
La mujer mencionada sin pereza pronto pone la foto a ojos de quién la pidió.
Kurogiri la vió, y duda.
- ¿Y bien?
- Tengo una sospecha, Tomura.
- ¿Quien lo tiene? - pregunta mordaz el contrario.
- Es una sospecha - responde el ojidorado - dame dos días para confirmarla.
- ¿Quien lo tiene? - pregunta de nuevo, sin paciencia.
El contrario suspiró.
- El Omega que mencioné, es el que lo puede tener en su cuidado, pero no estoy seguro - explica, y se hizo el silencio.
O así fue, asta que una riza estridente invadió el lugar.
- Hay, pobre de Kuro, cuando por fin se fija en un Omega resulta ser quien tiene la pieza para nuestra ventaja en el mundo criminal - hace gesto de fingida preocupación - pobre de tí - para luego estallar en nuevas carcajadas.
- Solo dame dos días para confirmarlo - pide de nuevo, viendo fijamente a los ojos rojo sangre de su jefe.
El contrario lo vé, entendiendo la situación.
En todo el tiempo que lleva conociendo a Kurogiri este había sido fiel asta el hueso, de impecable eficacia en sus trabajos y jamás había pedido algo.
Por ello, cuando una tarde llegó al cuartel con la mención de un Omega fue un pedido silencioso que el indirectamente le concedió.
Pero, ahora ese mismo Omega era la clave para su triunfo.
- ¿Sabes lo que significa si ese Omega llega ser el que tiene al mocoso?
El contrario asintió.
- Me ocuparé de el yo mismo de ser así - responde tajante.
Tomura sonríe.
- Si llega hacer el quien tiene el mocoso, tráemelo a mí, con vida.
Kurogiri dudo, pero al final...
- Si, señor.
El tiempo se acababa y no se detenía.
.
Anochecía con cada segundo que pasaba, pronto los tonos fríos se presentaban con más intensidad.
Y un pequeño castaño estaba confundido.
¿No se suponen que iban a casa? ¿Por qué seguían caminando por las calles?
Más en unas que no reconocía en lo absoluto.
- Izuku - llama el niño - dije que nos fuéramos a casa - comenta no negándose a mostrar su claro enfadado.
¿Es que no entendía que corría peligro estando en la calle?
- Lo sé - dijo simple, sintiendo un apretón en su mano derecha - solo espera - comenta sonriente, y Kasui, muy a su pesar, no tuvo más remedio que aceptar.
Caminaron por una cuadra más antes de ingresar a un edificio.
- ¿Que es esto? - pregunta el menor confundido.
- Es un restaurante, y de especialidad picante - comenta mientras caminan a una mesa del fondo, especial para dos personas - no vengo muy seguido pues, por qué toda la comida aquí tiene picante, incluso los postres - dijo lo último en un susurro sonriente, picando un ojo, sorprendiendo al menor - pensé que te gustaría - finalizó, llamando a un mesero a través de señas.
- ¿Algo que pedir? - dijo un chico simple y de forma aburrida.
- Yo quiero un katsudon con lo mínimo en picante - dijo Izuku - ¿Y tú Kasui?
- Curry - dijo seco - con mucho picante.
- A los niños no le servimos picante - comunicó el beta anotando el pedido, además de agregar entre paréntesis "infante" en dónde escribió curry.
Kasui estaba por refutar pero fue interrumpido por el pecoso.
- Agregue el mínimo picante y una porción extra para mí - el chico lo vio acusatorio - por favor - Izuku lo ignoró y sonrió.
El mesero luego de anotar correctamente los pedido se fue a dar la orden.
- Gracias - dijo Kasui, bajando la cabeza algo avergonzado, nunca había pronunciado tales palabras y menos por un favor tan simple.
El pecoso sonrió enternesido.
- Kasui - llamo suave, no queriendo alterar al menor - debemos hablar.
Y el castaño se tensó, mirando frente a frente al pecoso, desviando la mirada poco después - No quiero - dijo.
Izuku suspiró, y con cuidado arrimo su silla para quedar justo a su lado.
- Kasui, mírame - demandó suave, levantando el mismo la carita del pequeño con su mano en su mentón - no te prometo no presionarte por qué en verdad necesito que me respondas, y más con la verdad - dijo callado, un susurro que solo el y el infante pudiesen escuchar.
Kasui asintió.
- El hombre en el parque - pauso - ¿Realmente era tu tío? - lanzo la primera pregunta.
Kasui negó.
- ¿Quien era? - suspiro un poco preocupado por el sujeto.
- Es un amigo de mi padre, lo he conocido durante toda mi vida, y en situaciones donde hay gente desconocida se presenta como mi tío - responde.
- De acuerdo - acepta - ¿Conoces al señor Shirakumo?
Ante la pregunta, el menor se tensó y nervioso, asintió.
- Es... - ¿Sería prudente decirle? - no puedo decirle.
- Kasui - llamo severo, pero tranquilo - me preocupa que dos desconocidos se te hallan acercado hoy - dice viendolo fijo a sus ojos, tocando suavemente su mejilla derecha - quiero ayudarte, pero necesito que confíes en mí - concluyó, acariciando la mejilla contraria.
Kasui suspiró, y no muy seguro asintió.
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HASTA LA PRÓXIMA!!!
👋👋👋👋👋👋👋👋👋
Felices carnavales.
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Las Casualidades No Existen. Todo Es Producto Del Destino.
Ação"Algunos lo llaman Casualidades, otros lo llaman Estar en el lugar a la hora equivocada, pero para Izuku Midoriya, un joven Omega de 27 años, los acontecimientos que lo rodean son cosas del Destino, pues, para ser solo un artista independiente, a se...