La Midgardiana.

HoneyMoon

Llegamos a una cabaña en una playa alejada de todo.

Me bajo del auto y nos introducimos.

En cuanto cerre la puerta, me tomo a horcajadas y me empezó a besar.

-Llevo todo el jodido día intentando aguantar las ganas que te tengo.- dijo mientras mordía mi labio inferior.

-No hay razón para seguir aguantando.

Me cargo sin dejarme de besar y me llevo a la cama donde me acostó con suma delicadeza.

-Me encanta ver te así, debajo de mi.- me quito las bragas y las lanzó al suelo.

Me hinque en la cama y le quite la parte de arriba de su traje.

Me encantaba verlo así, ver su abdomen trabajado su piel palida pero calida.

Amo cada centímetro de el, y yo se que el me ama a mi.

Note como el bulto en su pantalón se hacia más grande.

-Hoy no te voy a hacer el amor, hoy te voy a coger.- volví a pegar mi boca con sus labios no podía dejar de besarlo.

Me recostó en la cama en encima de mi

Se deshizo con truco el pantalón y sus boxers, y su pene estaba muy endurecido, me quito la parte de arriba de mi vestido hasta que la sentí dentro.

Estaba disfrutando mi noche de bodas, su boca fue bajando hasta llegar a mi entre pierna

Describir lo que paso ahí no seria bueno para su mente, aun no están preparados.

Después de no dormir por la noche amanecí con el abrazandome fuertemente, solo esto necesito, a el y a mi bebita que ahora esta con pepper.

Me acomode en su hombro y comencé a besar sus labios muchas veces, con una sonrisa abre los ojos.

-Hola amor.- le digo sonriendo.

-Hola, reina de mis nueve mundos.- me comienza a besar apresuradamente, ya se a donde quiere llevar esto.

Me levanto de la cama y me siento encima de el.

-¿El mañanero?-

-Siempre voy a querer hacerlo contigo.- y de nuevo una mañana ocupada.

Después de desocuparnos salimos a la playa a estar sentados mirando juntos la marea.

-Me gusta este lugar.- me dijo el mientras me abrazaba.

-A mi igual.- y era la verdad me transmitía mucha paz.

Loki me levanto en brazos y me metió al mar.

-Oh nono, no acabas de hacer eso.- dije impresionada y risueña.

-Ah si, si lo hice midgardiana, y que harás al respecto?.-

-Esto.- comencé a bajar los tirantes del vestido que tenia puesto, el no llevaba camiseta así que sería fácil seducirlo.

-Eso no se vale.- dijo acercándose a mi.

Baje todo mi cuerpo hasta que quedara cubierto por el mar.

El se sumergió y llegó hasta a mi, me tomo en brazos y me comenzó a besar.

Hasta que un señor nos interrumpió.

-Disculpe joven pareja, les podría tomar unos minutos de su tiempo.

Instintivamente tape mis pecho que estaban al descubierto.

Loki me puso tras de él.

-Que es lo que quiere señor?- dijo algo grosero.

-Solo quería ofrecerles que me ayudarán con unas monedas, tengo mucha hambre.

Loki le dio unas monedas y el señor se fue.

-¿En que estábamos?.- me dijo para sumergirse conmigo y de nuevo hacer el amor.

Uno de los días que nos quedamos en el viaje decidimos ir a el malecón donde había más gente, debido a que queríamos como un picnic, y donde estábamos no vendían muchas cosas.

Estábamos acostados en unos camastros, estábamos tomando jnas bebidas refrescantes cuando una pareja se nos acercó.

-Hola buen día- dijo el chico no tan alto, moreno y unos ojos peculiares. Aunque no más que los míos.

-Hola buen día.-fue Loki el primero en contestar, es un celoso.

-eh bueno, seremos directos con ustedes, somos una pareja swinger y queríamos ver si a ustedes les parecía estar con nosotros.

-Amiga, perdón mencionarlo pero tu novio esta que arde, muero por una noche con el.- mencionó la chica, chaparra y pelirroja.

-Y bueno amigo, digo lo mismo de ella, es todo un bombón.

Error.

Loki se levantó y le propinó un buen golpe en la cara al chico.

-Si vas a hablar de mi mujer lávate la boca antes, sucio midgardiano.

La muchacha atónita levantó a su amigo y se fueron.

Yo me acerque a ver si Loki no se había hecho daño, tome su mano y no tenia nada más que un poco rojo por el golpe.

El seguía mirando al rumbo donde se habían ido ellos.

Tome su barbilla y la gire hacia mi para que me mirara.

-Ya tranquilo, no fue nada.

Me miró y me beso salvajemente tomando mis nalgas entre sus manos.

Iba a dejarme llevar cuando recordé que estábamos en plena playa donde habían niños y familias.

-Amor aquí no podemos- le trate de decir pues la lujuria se apoderaba de mi.

-Vamonos pero ya a la cabaña, te quiero hacer de todo.

Me sonroje pero como flash comencé a guardar nuestras cosas.

Amo a este hombre.