Amnesia

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🐚San 🐚

El cielo se vistió de un color azul, aún se podía observar las blancas  nubes que decoraban el paisaje, admito que en el fondo no me sentí intranquila, al contrario podía sentir una paz, era algo muy raro ya que no me pasaba a menudo estás cosas, pero estaba viviendo el momento, más que la compañía era el lugar, en cierto modo el estar en ese auto a kilómetros del pueblo me producía tranquilidad.
En ese momento no podía pensar en nada, solo observaba el paisaje como una niña pequeña, la brisa golpeaba con fuerza mi cabello y todo se había sumergido en un silencio absoluto.

—¿Te sientes bien?—Me preguntó al notar mi silencio.

—Es como si olvidará los problemas por un momento.—Susurré.

—San.—Me llamó como si tuviera algo muy importante que decirme.—Se que me he portado como un idiota últimamente...

—Creo que es justo dejar claro que desde un comienzo esto no iba a llevarnos a nada.—Lo interrumpí mirándolo fijamente.
—Es necesario que sepas que no eres ni serás nunca algo más que el odioso Alex que conocí.—Senti ese nudo en la garganta.

—Es lógico que mi ser nunca ha sido de tu agrado, pero esto vas más allá de si te gustó. Nos casaremos, es algo más que un capricho.

Tenía todas las ganas de gritarle a la cara que no me gustaba , que amaba a otra persona que en este momento estaba sufriendo por mi egoísmo.

—Tu sabías desde el comienzo que está boda nunca iba hacer como creías, aunque esté dispuesta a fingir frente a todos, jamás será por amor.

—Tampoco pretendo que está boda sea por amor.—Espeto un poco molesto.
—Pero hay varios intereses que nos unen, no te interesa saberlo pero solo espero que llegue el momento de poder tomar ese dinero y largarme de ese pueblo.

De inmediato había cambiado su actitud paso del dulce Alex a lo que ya estaba acostumbrada a ver. Pero estoy de acuerdo con su actitud, prefiero mis veces esto y no su falsa dulzura.

—Me trajiste aquí para conocer la ciudad no tus problemas, ni egos, prefiero mil veces que me regreses a seguir escuchando tu discurso de buena persona...—Rodee los ojos y al instante sentí como se carcajeaba.

—No, no te molestes Susana. Te aseguro que esta noche será épica.

El auto tardo al menos unos 40 minutos en permitirnos ver los enormes edificios, la luz, la vibra de la cuidad era todo lo contrario al pueblo, este lugar me traía muchos recuerdos. No sé por qué pero sentí esas cosquillas en mi estómago,esas que me provocaba estar con Adam. Pero bueno al final está noche debía ser como una píldora para olvidar todo. Solo me dejaría llevar.

El primer lugar donde aparcamos fue en un Bar, uno muy tranquilo llamado Mademoiselle, al entrar la gente parecía no molestarse en ver al rededor, pudo notar que habían muchas personas como traje, como si fuera algo muy elegante, tomamos una mesa no muy lejos del escenario,al comienzo dejé atrás todo ese rollo de ser odiosa con él y intenté empatizar con el ambiente.

—Ordena algo está noche corre por mi cuenta.—Me alentó.

—Solo por esta noche no discutire así que te tomo la palabra.—Tomé la carta que reposaba sobre la mesa y empecé a echar un ojo.

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