El secuestro

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🐚San🐚

Espere paciente a que volviera, no tardo mucho en re acomodarse en su asiento, no pude decir nada, sentía que si hablaba esto se iría a bajo, mi plan fracasaría, y aunque fuera un odioso, manipulador e imbécil necesitaba que creyera que yo lo hacía en él.

-No piensas decir nada-Me miro por el retrovisor pero no dije nada.

Él puso en marcha el auto y condujo hasta el camino, me limite a escuchar la música que sonaba en la radio y mirar por la ventana.

-Lo siento-Dijo después de unos minutos.

-Da igual Courtney.-Suspire, intentando que no fuera tan evidente el hecho de que no le creía nada.
-Dejemos el pasado atrás, debemos ir por ese vestido y todos las tonterías de tu madre.

Intenté sonreír, pero mi sonrisa hipócrita salió a medias, era buena ocultando como me sentía, pero en este momento deseaba darle unos cuantos puños en su bello rostro.

Después de unos veinte minutos en los cuales me limite a responder con la cabeza, evitando escupir veneno y todo eso que deseaba gritarle a la cara, por ser un tramposo, y falso.
Lo que menos me molesta es el hecho de que quisieran robar a Bryne, me molesta que era mi plan, y ahora él junto a la bruja de su madre querían quitarme todo otra vez.

-Necesitó hacer una llamada ¿me prestas tu móvil?-Una amplia sonrisa viajo por su rostro.

-Te dejaría mi móvil, pero sigues cabreada conmigo, entonces no quiero arriesgarme a que lo lances por la ventana.

Suspire, intentando mantener la postura, pero necesitaba hablar con Adam ahora, o terminaría en el WhiteDanger haciendo una gran tontería.

-Te prometo que no lo lanzaré.-Le alcance mi mano, él me miró antes de ponerlo en ella.

-Confió en tu palabra.- Yo no confió para nada en la tuya, tramposo, pensé.

Intente varias veces localizarlo, realice al cabo de 12 llamadas, Courtney solo me observaba desde su asiento, concentrado en la carretera y sin comentar nada, ya estaba a punto de rendirme cuando me tomo la llamada.

-¿San?-Su voz sonó como si estuviera nervie, o alguien más estuviera a su lado.

-Sé que ayer fue tu cumpleaños-Intenté mantener la calma, y evitar que las lágrimas empezaran a caer por mi rostro.
-Lamento tanto no haberte llamado, lo siento

-Tranquila nena-Me ánimo, admito que me gustaba que mezclara la conversación con ciertos apodos.

-Me he quedo sin pila y pues estaba un poco alejada de todo en general, pero bueno ya paro de parlotear.-Mis ojos pasaron a ver con rapidez la expresión de Alex, tenia el ceño fruncido y una mueca esbozaba de su rosada boca.
-¿Que tal ha ido tu cumpleaños? Esperó que te hayan dado un enorme regalo, como lo solía hacer tu madre.

-Tengo que decirte algo San.-Al escuchar esas palabras una risa nerviosa subió por mi garganta.

-¿Pasa algo?-Pregunte más seria.

Pude escuchar su respiración agitada, y mi mente imaginaba aquel marcado pecho subiendo y bajando con rapidez.

-Conocí a una persona-Soltó por fin, y en ese momento todo se detuvo, un cosquilleo me empezó a recorrer y esa sensación extraña se apodero de mi cuerpo, tenia ganas de llorar, gritar y sacar aquel dolor que sentía, pero no hice nada y me guarde lo que sentía.

-Me parece perfecto -Respondí con una aparente tranquilidad.

-Quería hablar contigo pero he pasado tanto tiempo con Mara que se me ha hecho imposible-Respondió nervioso.

Nuestro PactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora