Montaña Rusa de emociones

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🔥Alexa🔥

Llevó más de 2 horas aquí, la castaña ha venido varias veces a invitarme que siga, que vaya y me de una buena ducha, para luego comer deliciosas frituras juntas, pero aunque han sido tentadoras sus ofertas, he decidido quedarme un poco más, sola, pensando en todo, en especial en Alex, no soy amiga del alcohol, ni del despecho, solo necesito un respiro.

—¿Le extrañas?—Preguntó sin acercarse mucho, enseguida me voltee para verle, Bastian era un hombre discreto y cortés.

—Apenas van unas horas que no lo veo, puedo vivir con eso—Me apresuré a responder, pero él negó lentamente con la cabeza.

—He visto como se miran, y si te conociera podría asegurar que tuvisteis algo.—Delicadamente se peinó con los dedos.

—Fue mi novio, si te refieres a Michael—Espeto, me levanto y camino hasta donde se encontraba él, justo en el umbral.

—Aún tenéis química— se echo a reír—Y te aseguró que Jens no me ha dicho que os dijera esto.

—¿No te aburre vivir aquí solo?—inquiero, era raro ver que un hombre tan alegre y fiestero como Bastian se mantuviera al margen de la gran ciudad.

—Ma chérie ¹ cuando lo has tenido todo, al final te das cuenta que lo único que nunca te abandonó, fue la soledad—Sacó un cajetilla de cigarro, era metálica y llevaba su nombre tallado "Bastian Lavaceur" y encendió uno.

—¡¿Y cuando no tenías nada y ahora tienes todo?! Hay es donde la misma ecuación no sirve.—Debatí, él parecía un hombre sabio, podía observar como analizaba cada palabra que de mis labios salían, y después se tomaba su tiempo para pensar que responder.

—Aún no comprendes la vida belle, no se trata de cuanto tienes, es cuanto te hace feliz aquello—Me dio una leve palmadita en el hombro, dio una gran bocanada al cigarro, lo apagó y luego se alejo.

Tomé mi móvil, me quedaba muy poca batería, así que fui a buscar un cargador seguro que Sophie tenía uno, eran más de las doce de la noche. La busque por toda la casa, todo parecía en silencio,excepto la música que provenía del pasillo, las luces de la sala de billar estaban encendidas, y allí estaba Mai junto a Sophie jugando una partida, me provoco un poco de risa verlos jugar tan emocionados, ambos reían a carcajadas, sin embargo cuando me vio en la puerta su risa se esfumó.

—Pasa, pasa Alexa—Me invitó Sophie sin parar de sonreír.

—No, no quería molestar, de hecho solo venía en busca de un cargador, mi móvil se ha quedado sin pila—Me disculpé, él me enseñó una pequeña sonrisa, como si le hiciera gracia lo que decía.

—Tengo uno en mi habitación, mesa de noche, tercer cajón.—Dijo rápidamente antes de que la castaña pudiera responder.

No pude decir siquiera una palabra, solo moví mi cabeza en forma de agradecimiento.

—¿Por que después no bienes y jugamos una partida?—Me invitó Sop, pero antes de que pudiera negar, continuó Mai.

—Te esperamos, aún no inicia la segunda partida—Me ánimo, yo no estaba muy convencida de esto.

—Ya esta muy tarde, será para otro día chicos—Me disculpé, aunque en realidad lo que menos me importaba era la hora.

—¡Agua fiestas!—Grito Sophie, después en coro le siguió Mai, ambos se unieron para abuchearme.

—Solo será una partida—Murmuro con su voz ronca, mientras ambos me miraban buscando que aceptara.

La partida se convirtió en 5 rondas más, admito que era mala, cuando no perdía, quedaba en segundo lugar, pero ni en una sola ocasión, siquiera jugando en equipo con Sophie pudimos vencer a Mai. Después vinieron los tragos, uno tras otro, la mesa de billar término cubierta de botellas de un precio sobrevalorado, de diferentes tragos...

Nuestro PactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora