Nuestro Pacto

Rojo

🔥Alexa🔥

Todo esta oscuro, me siento mareada y me duele con intensidad las comisuras de mi boca, no recuerdo casi nada, llevo horas o días en esta oscuridad, solo escucho pasos en el pasillo y una puerta de metal abrirse con frecuencia, siento que he dormido mas de la cuenta, no he probado bocado alguno, tampoco reconozco ninguna de las voces que se agolpan en el lugar, solo se que hay tres hombres constantemente vigilandome. Me siento cansada, tengo miedo, lo ultimo que recuerdo es que tocaron la puerta, caminé por el pasillo hasta el umbral, Mai me acompañaba aquella noche, sentí una sensación fea en mi pecho antes de abrir la perilla y aun sujetándola pregunté quien era, vagas imágenes vienen a mi cabeza, pero no entiendo que esta pasando.

Escuché el metal crugir y una puerta rechinar con gran estruendo, los pasos se acercaban a mí, yo solo me cubría el cuerpo con ambas manos, una pequeña luz se coló por la encimera de la puerta a medio cerrar.

-Levante-Me ordeno una voz masculina, pero hice caso omiso, no conocia a estos tipos, pero podía percibir hostilidad en su voz.

-¡Que te levantes!-Grito con más fuerza otro hombre, este era un poco más alto, no podía distinguir con facilidad sus rostros.

-Ya basta-gritó, esta vez una voz femenina, era joven y delgada.
-Levantate por favor -Me ordenó.

Intenté ponerme de pie pero mis rodillas me fallaron y caí de narices al suelo.

-Sujetenla-Les ordenó a los hombres.-Llevenla por ropa limpia y que se de una ducha, El Hurón la quiere ver.

-¿Donde esta Salvatore?-Inquiere uno de los hombres.

-Va a reunirse esta noche con unos inversionistas.

-¿Donde estoy?-Pregunte un poco asustada.

-Paul cuidala, no quiero que le pongan una mano encima.-Su tono fue prepotente.

-Ayudenme, por favor-Comence a sollozar. Dos hombres me sostenían de los brazos, la luz me dio de golpe cuando salí por aquella puerta.

El lugar era una bodega, había millones de cajas, todo estaba muy sucio y desordenado, habían botellas tiradas a un rincón. Antes de poder ver más los hombres me metieron por un pasillo.

-Ponte esto-El hombre que llevaba una cicatriz en la mejilla me lanzo unos chandal grises y un top rojo.
-Duchate rápido.

La ducha era un pequeño baño, muy sucio, con paredes blancas llenas de graffitis, enseguida sentí náuseas.

-No me voy a bañar ahí -Le advertí.

-No te pregunte si querías, te ordene que te bañaras ahí.-Me sujeto con fuerza.

-Hache-Lo llamó un hombre delgado de nariz perfilada.-Yo la llevaré al baño privado.

-No te metas Paul-Dijo enojado.-Es una put*, es un secuestro no viene de visita.

-La llevaré al baño privado -Espetó, me dio miedo al ver como se miraban.

El hombre moreno me lanzo del brazo con fuerza, yo chillé, y caí en los brazos del otro hombre, este me sujeto del brazo y me llevo escaleras arriba, esto era como un estacionamiento abandonado, lo supe por las rayas amarillss que marcaban el piso.

-¿Donde estoy?-Solloce con los ojos empapados en lágrimas.

-Lo mejor será que no los hagas enojar, ya bastante que lo están al ver que por tu noviecito Dalú casi pierde el ojo.-Este hombre parecía menos despreciable que los demás.

Me llevo escaleras arriba nuevamente, esta vez lo que veían mis ojos era algo más decente que aquella posilga llamada baño, era una oficina, allí había una mesa de billar junto a una vinera, también sofás tapizados de rojo, y muchas fotografías de mujeres casi desnudas.