Nuestro Pacto

Dulce pecado

🔥Alexa🔥

La noche anterior no había terminado exactamente como lo había imaginado, Alex se había dedicado a ignorarme toda la noche y justo cuando la fiesta acabó y tuvimos tiempo para estar juntos este decidió arruinarlo, diciendo que tenia unos asuntos familiares que responder, me sentí tan despreciada que decidí  marcharme a Casa, pero justo cuando lo iba hacer la curiosidad me empujo a oír tras la puerta de aquella oficina...

—Alex  es la ficha clave de todo esto. — sugirió el hombre alto y de barba perfilada.

—No puedo meter a mi hijo en esto, ¡¿Acaso no lo entendéis?!—Se exaltó la señora Karen,mientras se paseaba como una felina entre los demás.

—Entonces tendrás que renunciar a esto Karen— Dijo esa voz tan familiar.

—Claro que no, nunca lo haría Amelia— Impotente respondió la señora Courtney.

—¡Tengo una idea estupenda!— Espetó el españolete de ojos bonitos.— ¡Que se casen y ya esta arreglado el problemilla ese!

—Alex jamas lo haría, pareciese que no conocieras a mi hijo, es terco como las mulas—Refutó Karen.

—Por que no se lo decís, si accede será fácil de convencerle con quién lo hará —especuló Amelía desde su asiento.

—Ire a llamarle, de seguro que esa idea le parecerá una locura.—Habló Karen y se dirigió a la puerta. De inmediato corrí por el pasillo hasta perderme en este y salí de la mansión, a la entrada me esperaba Rodolf en el coche...

—Siento el retraso aún no conozco muy bien las  instalaciones— me disculpé y este me llevó esa noche  a mi casa.

Después de esto estaba muy enfada con Courtney, no respondía a sus llamadas y no le permití verme cuando se acercó a mi casa con un ramo de flores.

No se como logró que mi tía me convenciera que le acompañara  al festival que se realizaba en la ciudad, el hecho fue que aquí terminamos, la noche transcurrió de maravilla hasta el momento en que intento encender el auto y este no prendió.

Después de la corta conversación que tuvimos con Sophie expresándole lo sucedido, esta se ofreció a darnos posada por esta noche.

Nos acercamos al auto donde esperaba pacientemente Susan y Michael, este estaba en el volante, San en el copiloto, así que deducí donde deberíamos ir, el auto un descapotable rojo, se veía nuevo.

—Lindo auto— Solté, y como era de esperarse sabía quien me respondería.

—Gracias, es mio, me lo obsequio mi padre hace menos de un año —respondió la castaña , los demás ni parpadearon.

Al ir por las calles de la ciudad veía los grandes edificios, tan altos que amenazaban con derrumbarse, todo aquí era tan diferente, las calles llenas de gente , centros comerciales por doquier, estar aquí me recordaba la casa de mi tía, los amigos que había dejado allí y todo lo maravilloso que es la ciudad, sin embargo también tenia sus desventajas, en las ciudades la gente no es muy unida, cada quien va por su lado y aveces es bueno, la soledad es buena, pero no todo el tiempo, y hay es donde aparece el pueblo.

—¿Que tal la habéis pasado en el concierto rubia?—preguntó Sophie mientras la canción de fondo inundaba nuestros oídos.

—Estuvo muy bueno, de hecho creo que ha sido el mejor al que he asistido ¡Que suerte la de vosotras chicas!—Sonreí y ella me imito, sin darme cuenta me había referido también a San, quien solo asintió con la cabeza pero no dijo nada.

—Les encantará la casa, espero se sientan cómodos —Soltó la castaña al momento que le subía el volumen a la radio.

Llegamos en menos de lo pensado, una que otra vez cruzamos miradas con Mai, pero al llegar a casa se aparto de inmediato de nuestra vista.