Zenda
Veo un zapato volar por encima de mi cabeza
–¡Ponte ese!
–¡Me gusta el que tengo puesto ahora!– grito de vuelta
–¡Pues a mi no!
–Yo me voy a poner los zapatos ¿o tú lo harás?– se queda viendome– exacto, yo me los pongo por lo que yo los elijo
–Solo quiero que te veas guapa para tu adonis de hombre– se puso dramática– y tu no puedes valorar todo el esfuerzo que hago– da una media vuelta y regresa a mi habitación
–¡Voy a llegar tarde!– grito cuando me doy cuenta que cerró la puerta con seguro– ¡Abre ya la maldita puerta Elli!
–¡Ahora que tienes un novio con dinero me vas a abandonar!– sigue con su dramaturgia–¡Ya ni siquiera valoras mi opinión!
–¡Él no es mi novio!– es todo lo que respondo
–¡Es tu casi algo!– réplica– ¡Necesito buscar otra amiga!
Tomo una bocanada de aire antes de hablar de nuevo
–¡Tu eres mi mejor amiga y te quiero así!– no escucho ruido al otro lado por lo que sigo–¡Te quiero loca, dramática, especial y hasta con tus déficits mentales!
Escucho como el pomo de la puerta es manipulado y ella sale de mi habitación
–Ya sabia que me amabas– dice y yo ruedo los ojos porque sabía que este era su objetivo– pero no le digas a tu novio que me amas porque escuche de Marco que golpea fuerte
–No es mi novio– paso por su costado
–Tu casi algo entonces– sale de la habitación– ¡Ya llegó tu novio!
Ya ni siquiera replico el termino porque se que va a ser una pérdida de tiempo y solo agarro mi bolso y me coloco mis pendientes para dirigirme a la salida
–¡Regresa a las 10:30 maximo señorita!
Río
–¡No jodas Elli son las 10 de la noche!– ella me fulmina con la mirada y respondo lo que quiere oír– ¡Si, señora!– hago un saludo militar antes de salir por la puerta
Siempre fue ritual para nosotras hacer el papel de nuestros padres celosos– o en este caso amiga celosa– cada que una salía con alguien. La cosa era fácil, la que se quedaba en casa decía la hora de llegada y la otra decía «Si, señora» en voz alta.
Recuerdo la primera vez que lo hicimos. Elli iba a salir con un chico que acababa de conocer en la universidad y me quedé esperándola toda la noche, nunca llegó, por lo que pusimos la regla de que si no veníamos a dormir tendríamos que enviar por lo menos un mensaje para que la otra no se preocupara. Lo del saludo militar y la exageración de horario se fue dando con el tiempo para hacer más divertida nuestra regla.
Elisenda Smith es la hermana que nunca tuve, la mejor amiga que siempre soñé, la confidente que nunca me traicionaría y la mujer por quien daría mi vida sin pensarlo dos veces. Es la única que sabe de absolutamente todo mi pasado y como lo sobrelleve porque ella estuvo presente en cada momento en el que sufrí, nunca en mi vida dudaría de su palabra o sus acciones porque se que jamas me haría algún mal.
Escucho un silbido y volteo para encontrar a la persona que hizo el sonido.
–¡Estas preciosa!– me acerco a donde está y aunque no lo digo él también está muy guapo.
Recarga su espalda en la puerta del copiloto de su coche, tiene un traje de tres piezas y supongo que la etiqueta debe ser muy elegante porque nunca veo que usa chaleco cuando va a la oficina.
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Encontrados
RomanceNicholas Pics cree que todos lo conocen Zenda Rigther no lo conoce ¿Quedarán como desconocidos? ¿Se encontrarán? ¿Solo serán amigos? ¿Habrá algo más entre ellos? ****** -Apto para todo publico -Contiene lenguaje vulgar -Contenido +18 -Romance Es m...