Capitulo 48

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Abróchense los cinturones porque empezamos la recta final

Nicholas

No he visto a mi madre desde que le di ese ultimátum sobre aceptar y respetar a Zenda, no me arrepiento de habérselo dicho porque era necesario que ella comprendiera que la castaña es alguien importante en mi vida y no debe darle dinero para que me abandone o algo por el estilo.

En este momento, que veo a la madre de mi novia frente a mi, la que supuestamente debería estar muerta, la que abandonó a la mujer más importante en mi vida, la que le arruinó la vida, la que con su muerte consiguió que su esposo maltratara a su hija, está totalmente viva, paseándose por el suelo Londinense cómo si no hubiera destruido una vida.

Observo cada rasgo de la mujer mayor, tiene el cabello castaño igual que el de mi novia, sin embargo sus ojos son grises muy diferentes a los marrones de Zenda, su cara es perfilada, su nariz tiene un pequeño surco y, obviamente, tiene marcas de vejez en su cara, no tan marcadas pero de igual forma visibles.

Mi novia está literalmente congelada en su lugar, cuando la vio por primera vez se quedó quieta pero al tiempo que la señora le dijo «Hija» se paralizó, hasta el punto de ni siquiera parpadear, creo que apenas y respira.

–Despistada– dejo de abrazarla para ponerme frente suyo– amor– insisto, pongo mis manos en sus mejillas, importandome poco lo que su madre pueda pensar

Zenda me esquiva, hace que deje de tocarla para enfrentar a su madre de nuevo

–No vuelvas a llamarme de esa manera– escupe en dirección a su madre, con voz extremadamente fría– nunca más en tú mísera existencia

–Zenda...– comienza pero una voz que conozco bien la interrumpe

–¿Por qué tardas tanto?– dice la voz chillona 

Respiro hondo tratando de no crear conjeturas y golpear algo por lo que estoy pensando

–¿Qué mierda haces tú aquí Vanessa?– espeta Zenda antes de que yo pueda decir algo

–Cuida como me hablas– dice altanera– Ya les dejé gritarme una vez eso jamás volverá a suceder

Mi novia bufa

–Yo no te grité– aclara– y te recomiendo por tú bien, respondas mi maldita pregunta si no quieres experimentar realmente cómo se siente ser gritada por alguien

No me meto a la conversación porque al parecer creo que está bien controlada

–Estoy de compras– responde Vanessa la pregunta anterior un poco intimidada por la amenaza

–Eso me importa un rábano– contengo la sonrisa que quiere surcar en mis labios al oír a mi novia–  ¿Quiero saber qué haces parada frente mío, estorbandome?

–No estaría frente tuyo si ella no estuviera frente tuyo– dice con referencia a la madre de mi despistada

–¿Qué son ustedes dos?– indaga una muy confundida Zenda, a decir verdad yo también estoy muy confundido

–Pues...– Vanessa titubea– ella es mi madre

Mantengo una expresión impasible en mi cara cuando en realidad por dentro mi cabeza está explotando por lo que acabo de escuchar

–¿Disculpa?– Zenda tiene la misma ilegible expresión que yo, sin embargo la conozco y sé que su mente está trabajando a mil por hora para procesar lo que está pasando

–Estoy de compras con mi madre– repite lentamente confusa por la reacción– ella vino contigo así que por eso estoy aquí

–¿Tú madre?– balbucea mi castaña perdiendo poco a poco su neutralidad

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