Capitulo 39

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Nicholas

Terminamos el almuerzo, al momento en el que voy a pagar para poder irnos mi novia me detiene.

–¿Qué pasa?– me vuelvo a acomodar en mi silla esperando por sus palabras

–Tengo algo para ti– dice tímida, sonrío al ver un leve rubor en sus mejillas, algo memorable en las crónicas de Zenda

–¿Te estás sonrojando?– no me pude contener

–Solo tómalo y ya– se molesta un poco, me da un rectángulo envuelto en periodico y yo alzo una ceja no sabiendo qué hacer–  Es un regalo ¿Nunca te han dado uno?– se burla

–Nunca– paso saliva antes de responder– mis padres normalmente estaban de viaje así que solo le daban dinero a las niñeras o, cuando fui grande, a mi, pero nunca me dieron algo envuelto y bonito para que yo adivinara qué venía adentro– no la miro a los ojos, solo observo el objeto envuelto– Luca, Rodrigo, Dereck y Emma tampoco me daban nada con papel de regalo, siempre me entregaban el objeto y ya– muevo la cabeza– Vanessa nunca me regaló nada, literalmente– suelto una risa seca– es algo nuevo que alguien me de un objeto envuelto para que me sorprenda una vez lo abra– expongo

–Bueno esa es una verdadera mierda– levanto la mirada ante su frío tono– pero no importa, yo si te he dado algo envuelto y espero te guste porque no hay cambios– vuelve a su tono cálido de siempre

–Mi primer regalo sorpresa y ¿No hay cambios?– bromeo, dejando de lado la atmósfera nostálgica que nos rodeaba

–Es mi regalo sorpresa para ti, así que en realidad solo te toca la parte de abrirlo y disfrutarlo aunque no te guste– me saca la lengua infantilmente

–Me dices inmaduro y me sacas la lengua– reclamo en chiste– ¿Quién es la inmadura ahora?

–Yo soy 5 años menor que tú– recuerda y ya no digo nada

Me concentro en abrir el obsequio, saco cada cinta lentamente, colmando la paciencia de Zenda, sin embargo ella me deja hacerlo como yo quiero, conteniendose de pararse, quitarme el regalo y arrancar el papel peridico para terminar con esto rápido, suelto una pequeña risa de solo imaginarlo y la castaña me da una mirada confusa antes de preguntar:

–¿De qué te ríes?– inquiere

–Tú desesperación– me río un poco más pero me detengo al sentir su fulminante mirada calandome los huesos

–Abrelo rápido o lo voy a hacer yo misma– carraspeo y me apuro a abrir el regalo antes de que mi linda novia me golpee

–Lo voy a hacer pero no porque te tenga miedo– replico de inmediato

Sonríe y no dice nada, esperando a que termine.

Cuando el papel está por acabarse puedo ver el obsequio completo, es un cuadro.

–¿No es el cuadro que había en tu cubículo?

Gira los ojos pero no dice nada, esperando a que termine de examinar lo que tengo entre mis manos. Lo hago, giro el cuadro– porque solo había visto su parte posterior, antes de burlarme– y me encuentro con la foto que nos tomamos el día que vimos el amanecer.

–¿Te acuerdas ese día?– indaga viendome, aguardando por una reacción

–Me acuerdo que me sacaste a las dos de la mañana para ver el amanecer– exagero

–Fue a las 4:30 de la mañana, exagerado– hace una pausa y retoma– además de que ver ese amanecer juntos fue increíble

–¿Sabes que quería que hiciéramos juntos?– alza una ceja– follarte en el amanecer, no solo verlo

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