Encontrados

Capitulo 44

En este episodio salen personajes de mi otro libro, llamado "Somos 5: hoy y siempre" lo encuentran en mi perfil si es que quieren leerlo.

Zenda

–Acabas de citar conmigo a Buzz Lightyear– sonrío en grande cuando luce un poco avergonzado por lo que acabamos de decir

–Hay que bajar– esquiva el tema y juro que veo un poco de rubor en su cara

–Si vamos– reprimo mi risa

Me paro, estiro mis piernas y trueno mi espalda, mis dedos y mi cuello.

–No hagas eso– dice Nic al escuchar como suenan mis huesos dentro de mí cuerpo

–Me relaja– admito– además me destenso en el proceso

–Yo solo puedo hacerlo con mis dedos– me da una sonrisa quedándose en la puerta, esperándome ahí a que termine de "estirarme"

–Ahora sí– camino a su dirección, entrelazando nuestras manos

La puerta del jet se abre, Nic se coloca gafas de sol y yo también porque como nunca hay sol en Londres. Bajamos las escaleras como si fuéramos los putos reyes del mundo, al llegar a tierra firme capto por el rabillo del ojo como la azaperra se acerca a nosotros o específicamente a Nicholas.

–Señor...– comienza pero Nic alza su mano libre para callarla

–Tengo novia– deja bien claro– así que mantente a 3 metros de mí en todo momento o voy a despedirte– amenaza

La mujer me da una mirada de repudio, bajo mis lentes hasta el tabique de mi nariz, la registro de arriba abajo con superioridad y digo:

–¿Eres sorda? Ya vete– sé que fui maleducada pero necesitaba hacerlo para estar en paz

Veo como ella se va, coloco mis lentes de nuevo en su lugar y animo a Nicholas para que camine conmigo dándole un suave apretón a su mano, él me sigue el paso para llegar a la camioneta que nos está esperando un poco más adelante.

–Me encanta la tú celosa– confiesa con una sonrisa, la cuál se había desvanecido al hablar con la asistente de vuelo

–Me encanta el tú posesivo– le devuelvo la sonrisa y luego de eso pongo música para escucharla mientras observo el paisaje

Londres, capital de Inglaterra, aquí nació y creció mi madre, nunca había visitado este lugar porque, supuestamente, mis abuelos nunca estuvieron de acuerdo con la unión de mis padres, por lo que mi madre abandonó su ciudad natal para casarse con mi padre en Denver, donde nací yo.

Mi mamá siempre habló de cómo su infancia fue hermosa, como salía a su patio trasero y jugaba, como la lluvia era tan torrencial que con solo estar unos segundos fuera de la casa te empapabas.

Ella siempre me contaba sobre una noche que estaba afuera de su casa un poco tarde,
caminaba por las calles, solo estaba de noche pero de un momento a otro empezó a llover, ella no tenía paraguas por lo que trató de correr a una tienda para protegerse del agua, allí la refugiaron. Estuvo unos cinco minutos ahí hasta que vio a un chico, con la cabeza inclinada para atrás mirando al cielo, sin escapar de las gotas de agua que caían con fuerza, le gritó que debía entrar y resguardarse pero él no le hizo caso en ningún momento.

Mi madre decidió salir porque pensó que este individuo no la escuchaba, sin embargo cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo observar como el chico disfrutaba estar empapado en ese lugar. Me contó la historia en la cama del hospital, yo tenía 6 años la primera vez que lo narró y desde ese momento se convirtió en mi favorita porque era el relato que contaba cómo es que se conocieron mis padres.